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sábado, 14 de junio de 2014

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LAS BODAS





El matrimonio es una de las prácticas más antiguas de la humanidad para formalizar y legalizar la unión entre dos personas, desde la versión bíblica de Adán y Eva, pasando por las distintas épocas históricas hasta nuestros días.

Rico en tradiciones y rituales que no solo afectan los trajes de novio, los vestidos de novia, la celebración, etc.; Se trata de encontrar el justo equilibrio entre magia, amor, normas y tradición. Es el sacramento que une dos almas para siempre (al menos, en teoría).




La celebración de las bodas ha evolucionado sustancialmente a lo largo de la historia, tanto por cambios en los gustos y las necesidades de la pareja, como por la transformación de las sociedades desde los primeros pueblos socialmente organizados de la antiguedad.






Civilizaciones antiguas



En la mayoría de las civilizaciones antiguas como la de los sumerios, el matrimonio era simplemente un contrato privado entre el padre de la novia y el novio. Este podía rechazar y dar por finalizado el contrato cuando se le antojase y de forma unilateral… ellas no tenían ni voz ni voto. 


La mayor parte de las sociedades de Oriente Medio no consideraban a la mujer como un adulto jurídicamente hablando, sino que eran dependientes de sus padres y más tarde de sus esposos. 

Los antiguos judíos practicaban la poligamia de forma natural, hasta la Biblia habla de Abraham, Sara y su concubina Agar; Isaac y Rebecca, Jacob y Raquel…



Antigua Grecia


El matrimonio griego se caracterizaba fundamentalmente por su aspecto religioso: La diosa del matrimonio y protectora de las mujeres casadas era Hera, pero la boda no era oficiada por sacerdotes. 

La principal finalidad de los matrimonios era tener hijos varones que dieran continuidad al linaje, celebrasen el funeral del padre y continuaran los ritos familiares tras su muerte, necesario para la felicidad de los muertos en el otro mundo. 

El vínculo matrimonial no tenía en cuenta el amor, sino que era una forma de establecer alianzas. Los contrayentes no se eligen mutuamente, sino que son los padres de ambos los encargados de decidir quién es la persona más adecuada para sus hijos. 

El novio ofrece al padre de la novia regalos, que reciben el nombre de hedna. Es lo que se conoce como matrimonio por compra. La mujer en realidad no se casa, sino que es tomada por esposa. Los hedna permitían al esposo pasar a la mujer del oikós paterno al suyo propio, y con eso se sellaba la alianza entre ambas familias. 

Otra forma de establecer alianzas es a través de los meilia o dones de reparación, en virtud de los cuales la familia del ofensor ofrece una hija como regalo al ofendido.

La boda debía celebrarse en el mes de enero y durante la luna llena. Las celebraciones duraban tres días, llamados praílía, gámoi y epaílía.

El praílía se dedicaba a la preparación de la novia en la casa de su padre. Se empezaba con un sacrificio: 

Se cortaban mechones del cabello de la novia como signo del abandono de la infancia y la sumisión al esposo, y se ofrecía su cinturón, que simbolizaba la entrega de la virginidad. También el novio se cortaba el cabello y hacía sacrificios a los dioses del matrimonio.

Tenía lugar el baño ritual de la novia en una fuente o río sagrado que simbolizaba la purificación de la novia y el deseo de hacerla fértil.

El gámoi comenzaba un banquete celebrado en casa del padre de la novia. El novio se reunía con todos sus amigos, mientras que ella se sentaba con las suyas en una mesa aparte. 



Tras la comida se quitaba el velo a la novia en una ceremonia que se llamaba anakalipteria, y durante la cual se procedía a la entrega de los regalos del novio.



Al caer la noche, los recién casados iban hasta la casa del novio, donde eran coronados y adornados. La madre de la novia, los esclavos y otras mujeres seguían a la comitiva portando antorchas, símbolo que legitima la boda. Después, los recién casados se reúnen en el thálamos, que el novio ha adornado también con guirnaldas, y comen el membrillo que simboliza la consumación.

Y el tercer día, el epaílía, tras la noche de bodas, se hacía la ofrenda de regalos y la entrega de la dote acordada, en una comida en casa del padre del novio o del propio novio donde se excluía a las mujeres. 

En la antigua Grecia las mujeres comenzaban a contar su edad a partir del momento en que se casaban. Mientras aún no tenía un heredero, a la mujer se la llamaba nymfe, que equivalía a recién casada. Después de tener un hijo era gyné, palabra que significaba plenamente esposa.

Antigua Roma
Con la llegada del Imperio Romano cambian no sólo las normas sociales, sino también las relativas a la celebración del matrimonio. 


Al principio, como en Grecia, era suficiente la convivencia para garantizar y dar fe de la boda, pero con la creación del Derecho Romano se estableció la necesidad de un rito de notoriedad pública yen el cual, el matrimonio debía cumplir una serie de requisitos: la capacidad jurídica matrimonial o conubium, que sólo la tenían los ciudadanos romanos sin consanguinidad, la edad legal (14 años para el novio y 12, para la novia)   y el consentimiento (pater familias).

Y su principal objetivo generar hijos legítimos que heredasen la propiedad y la situación de sus padres. Entre los patricios, su finalidad también era sellar alianzas políticas o económicas.


En el Derecho Romano existían tres tipos de matrimonio legítimo (entre ciudadanos romanos):


Confarreatio

La más antigua y solemne forma de matrimonio en la Roma Antigua, practicada por los patricios.



La ceremonia se celebraba en presencia de diez testigos, ya que los novios estaban con la cabeza cubierta uno al lado del otro en bancos cubiertos con piel de oveja ofrecida en un sacrificio. 

Después continuaba con un acto solemne en el que el novio daba una vuelta a la derecha del altar, tomaba un poco de sal y una bola de espelta, el panis farreus, con lo cual juraba amar a su esposa, quedando ambos elementos depositados en las manos de los contrayentes.

Coemptio

Fue una restauración simbólica de los tiempos remotos en los que los hombres compraban a las mujeres para poder casarse. 

Requería únicamente cinco testigos, ante los cuales el novio pagaba al padre de la novia una moneda de plata y una de bronce, lo que colocaba al hombre en un equilibrio seguro (el libripens).

Usus

Para poder llevar a cabo esta forma de matrimonio la novia debía haber estado un año con su novio. Para disolver el matrimonio era necesario que la novia durmiera durante tres noches seguidas fuera de su casa (trinoctio).


Por otra parte, los tipos de uniones ilegítimas (con ciudadanos no romanos) eran dos:



Concubinatus



El concubinatus era la unión entre dos personas libres a quienes les era impedido casarse, como por ejemplo, el gobernador de una provincia y una mujer de otra región (el matrimonio en la Roma Antigua no estaba permitido entre extranjeros), los soldados (no podían casarse antes de los veinticinco años de servicio por los cuales recibirían, quienes no la tenían, como recompensa la ciudadanía romana).

Los requisitos eran la edad legal y el consentimiento, y no era necesaria una dote. Los hijos de estas uniones no estaban sujetos a la autoridad del padre y se quedaban con la nomenclatura de la madre.

Contubernium

El contubernium era la unión (sin reconocimiento legal) entre dos esclavos o entre un esclavo y una persona libre que vivían juntos como marido y mujer (contubernales). El consentimiento para la unión tenía que ser concedido por un amo, que en cualquier momento podría disolver.


Algunos de los rituales y tradiciones actuales provienen de la Antigua Roma, como la existencia de un anillo de compromiso, el consentimiento de los padres, un velo para la novia, la unión de las manos de los contrayentes o el acto del beso con la novia después de que quien dirigía la ceremonia de matrimonio los declarase legalmente casados.

La fórmula “Ubi tu Gaius, ego Gaia” colocaba a la mujer bajo la sujeción de su marido y los hijos nacidos de la unión se consideraban legítimos. La novia vestía de blanco con un velo de color naranja, mientras que los trajes de novio no habían adquirido una especial notoriedad

Debido a la mitología romana, elegir la fecha de la boda dependía de las supersticiones, los presagios y la aceptación de ésta por parte de los dioses. El mes más adecuado era junio, relacionado con el solsticio de verano, momento del apogeo del mundo natural. 


Edad Media


En la Edad Media, la cristianización del mundo había establecido la monogamia como fundamento del matrimonio y el Código de Justiniano se convirtió en la base de la ley.


La boda se celebraba en forma privada a la casa de la novia y tenía el valor de contrato, firmado por ambos cónyuges, en presencia de un sacerdote. 

Con el declive del Imperio Romano desapareció la costumbre de firmar una escritura, pero se incrementaron los secuestros de las novias, el divorcio y el matrimonio en secreto.

La Edad Media se caracterizó por el IV Concilio Lateranense, que oficialmente estableció normas para la celebración del matrimonio cristiano. A partir de ese momento, el matrimonio entre los cristianos se convirtió en un sacramento, hecho indisoluble incluso bajo los efectos civiles, factible sólo después del consentimiento pùblico de los esposos (para evitar los secuestros o los matrimonios forzados).

Se impuso una edad mínima que impedía el matrimonio de las niñas, y la nulidad de matrimonio en caso de violencia, secuestro o no consumación.

Edad Moderna

La Reforma Protestante en el siglo XVI rechazó el matrimonio como sacramento, anuló el celibato y confió al Estado el registro matrimonial y la regulación de las bodas en los países de fe protestante. 

Mientras que en los países con fe cristiana y a raíz del Concilio de Trento, la celebración era válida solamente en la presencia de un sacerdote y de los testigos, el matrimonio debía ser inscrito en un registro de la parroquia y la convivencia no estaba permitida fuera de la boda, para evitar los hijos ilegítimos.

Manual del juego de mandar
A las mujeres se las educaba para ser esposas de su marido o de Cristo, es decir, el matrimonio o el convento.  

Entre las clases privilegiadas era considerado un error casarse por amor, y es que en la época amor y matrimonio eran conceptos separados. 

El matrimonio era un contrato de conveniencia en el que no intervenían los protagonistas. Eran los padres los que lo concertaban. La meta de la mujer era conseguir un buen matrimonio.

Edad contemporánea

El canciller alemán Otto von Bismarck instituyó en Alemania el matrimonio civil en 1875, acontecimiento que marcó la separación definitiva entre Iglesia y Estado, prevaleciendo las uniones civiles y relegando los matrimonios cristianos a ceremonias privadas más sencillas.

Después de la Primera Guerra Mundial, el mundo cambió, y por ende, las bodas. Aumentaron los divorcios, los niños nacidos fuera del matrimonio, la cohabitación y el adulterio.

El matrimonio se convirtió en un contrato que puede ser rescindido por cualquiera de las partes que lo soliciten y dejó de ser un vínculo inquebrantable.

Con las innovaciones del siglo pasado, la igualdad entre hombres y mujeres, los derechos asignados a los hijos ilegítimos nacidos fuera del matrimonio, el castigo del marido en el caso de violencia contra la mujer y el hecho de que los bienes adquiridos después del matrimonio se convierten en propiedad marital, y no sólo del marido.

Características comunes en el mundo occidental moderno son la monogamia, el divorcio y la eliminación de los matrimonios concertados. 

En Oriente sin embargo, la poligamia todavía estaba permitida en algunos estados y la situación de la mujer sigue siendo hoy día, la de una persona sometida a la voluntad del hombre, aunque con un progreso significativo comparado con el pasado.

Época actual

Las diferencias en la celebración, la importancia y originalidad de las bodas y la vestimenta han variado paulatinamente generación tras generación.

Los vestidos de novia del siglo pasado eran siempre blancos y muy ostentosos, pero hoy día, las novias prefieren vestidos sencillos de cualquier color, aunque sigue prevaleciendo el blanco.
trajes de novio
Los trajes de novio del pasado eran casi siempre chaqués, también de alquiler, que eran usado incluso cuando las ceremonias se celebraban por la tarde (un tipo de traje sólo adecuado para las ceremonias de mañana). 

Ahora los novios eligen diferentes tipos de traje (chaqué, esmoquin, frac, levita, traje …), siguiendo sólo su personalidad y su gusto personal.

Las bodas actuales tratan de reinventar las reglas, reducir la etiqueta y de ser alegres, llenas de color y diversión en una unión basada únicamente en el amor y la sencillez .









Artículo escrito por Alberto Mestre en el blog:" Trajes de Novio CMoyano".



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