Llegó el día que nadie quería ni imaginar. La selección española de fútbol logró que nos sintiéramos orgullos de ser españoles, consiguió que cantáramos "Yo soy español, español...", que el mundo nos temiera y respetara. Pero ayer acabó todo.
España, un país entero sumido en una crisis interminable, que no ve la luz al final del túnel, ayer se hundió. Millones de personas con verdaderos problemas económicos amparada en una ilusión futbolística por la Roja como último recurso. Deshauciados, arruinados y parados agolpados en los bares en un intento desesperado de olvidar su triste realidad. Familias enteras con niños equipados de rojo estelar, llorando. No entienden lo que ha pasado.
Una decepción recorre las calles de la piel de toro, una debacle sin matices, sin nada que objetar. Una sensación que ninguno hemos querido ver o creer tras haber sido goleados en varias ocasiones con anterioridad, mientras todas las selecciones del mundo "nos tenían ganas".
Tras proclamarse Campeona del Mundo, la selección empezaba a dar síntomas de cierta falta de identidad, se vislumbraba un posible final de una era, disimulada en el tiempo, amparada en una calidad innegable y con otra Eurocopa:
-Noviembre 2010: Portugal nos hace un roto, 4-0. Zarandeados pero contentos.
-Junio 2012: Argentina nos humilló con un contundente 4-1. No pasó nada, era un amistoso.
-Julio 2013: Brasil nos borra en la final de la Copa Confederaciones, 3-0. Tranquilos!
-Junio 2014: Holanda nos pasa por encima en el arranque del Mundial de Brasil, 5-1. Casillas, en el papel de Gollum, arrastrándose por el suelo, buscando su "tessoro", mientras le caía una manita. El resto del "tiki taka" irreconocibles: Xabi, Ramos, Iniesta, etc.
Menos de una semana después, Chile nos endosa un 2-0 sin paliativos ni reacción posible y nos apea de toda esperanza.
No hay excusas, ni paños calientes a lo que ha pasado, ni tiki taka, ni juego, ni orgullo, ni intensidad, ni ambición, ni tan siquiera un pequeño pensamiento hacia 40 millones de "ilusionados".
No es momento de buscar culpables ni de quejas: nos toca vivir el triste presente, y volver a nuestro penoso día a día: España se ha convertido en este Mundial en una caricatura de ella misma.
Es la abdicación de la mejor selección de la historia. Gracias, Roja, por todos estos años de éxitos y triunfos.
HA MUERTO EL REY, VIVA EL REY!
VIVA ESPAÑA!
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