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domingo, 30 de agosto de 2015

DIARIO DE UN EX FUMADOR: UN TOUR EN AGOSTO (4)


Por fin, después de un tour de 30 días, hemos llegado a la meta con el maillot amarillo. Pero esto no acaba aquí.

El resultado del éxito en la intención de eliminar el hábito del tabaco es proporcional a la importancia que se le quiera dar a este paso. El proceso de dejar de fumar pasa por unos primeros treinta días en los que es necesario que uno mismo tome conciencia del proceso que está viviendo pero además, su propio entorno debe ser también partícipe. 

No hay espacio para el engaño. Continuamente aparecerán en la mente multitud de excusas para volver al hábito pero una cosa es segura: No  es posible “fumar un poco”. Quien fuma un cigarro al día tiene la misma adicción a la nicotina que quien se fuma un paquete entero. No caigas en el tópico del "fumador social", eso no existe. O fumas o no fumas. Punto.

Es fundamental no bajar la guardia y disfrutar de una nueva vida de nuevas sensaciones, olores y sabores, pero además…alienta el orgullo de vencer al enemigo, de pasar de ser dependiente a ser libre

Todo está en la mente. Pensar que es imposible dejar de fumar sin ayuda (pastillas, parches, chicles, acupuntura, etc.) es una excusa, cuando menos infantil. Sí se puede. 

No es fácil pero la clave está en evitar la tentación de fumar ese siguiente cigarrillo y por supuesto, no ceder al débil pensamiento de que no pasa nada por fumar solo uno. 

No se trata de ningún mérito, es más bien un pulso hacia el auto-convencimiento de ser más fuerte que el hábito.

Tras un mes sin humo noto que mi cuerpo, poco a poco, se está deshaciendo de todas las toxinas que ha inhalado y que se han acumulado en mis órganos a lo largo de los 30 años que he estado fumando.

El índice de monóxido de carbono en mi sangre ha disminuido a la mitad y el nivel de oxígeno y la presión sanguínea han vuelto a la normalidad.

No obstante, el riesgo de infarto, tanto cerebral como cardíaco, y el de cáncer de pulmón siguen siendo altos, pero no pienso en eso, al menos no ahora.

Apenas me queda rastro de nicotina en el cuerpo. Mi olfato y mi gusto vuelven a ser normales. Mis bronquios se han relajado y he aumentado el nivel de energía. La tos, los estornudos y los problemas respiratorios se han disipado y mi capacidad pulmonar ha aumentado aproximadamente un 10%.

El "craving" o el deseo irrefrenable de fumar va desapareciendo día a día. Noto una clara mejora en la capacidad pulmonar, mi piel ha recuperado la elasticidad y el brillo natural que había perdido a causa del tabaco, vuelve a estar hidratada evitando las arrugas prematuras.

A partir de hora entramos en una nueva etapa: el más que probable aumento de peso durante el primer trimestre, por lo que el siguiente reto será recuperar la forma física mediante la actividad deportiva.

Buenas razones para no recaer

Existen algunas buenas razones para no volver a fumar un cigarro. 

La primera es mi saludEn España, el hábito de fumar se lleva por delante cada año la vida de 55.000 personas, como si cada día, un avión con 150 pasajeros se estrellara sin supervivientes. 

Y de paso, y día tras día, ese mismo avión acabara con la vida de otras siete personas, fumadores pasivos que pasaban por ahí. 

El tabaco es responsable del 80 al 90% de todos los cánceres de pulmón y éstos acaban con la vida del paciente en un horizonte de 5 años en el 85% de los casos.

La segunda es mi bolsillo.El ahorro económico que me ha supuesto dejar de fumar un paquete diario oscila entre 150 y 200€ mensuales, que supone al año cerca de 2.500€. 

Si lo multiplico por los 30 años que llevo fumando, la cifra asciende a 75.000€. ¡Qué barbaridad!


La tercera es volver a disfrutar de una vida llena de sensaciones puras y gratificantes, olores, sabores, calma, paz, afrontando con más seguridad los problemas, recuperando la seguridad de uno mismo, la autoestima.

Es un orgullo dejar de ser un bicho raro en las casas de los no fumadores, que se gasta un dineral, que huele fatal, tiene los dientes amarillos y el aliento apestoso, la piel seca y grisácea, los dedos amarillentos, una tos mañanera constante, mocos con resto de alquitrán, con alto riesgo de enfermedades respiratorias, cardiovasculares o cáncer.

Y la cuarta es un pensamiento positivo:  Ahorro vida y dinero. La gente inteligente no fuma!!!!



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