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martes, 18 de agosto de 2015

HOUSTON, TENEMOS UN PROBLEMA!!!


Los españoles siempre hemos tenido fama de poseer una "mentalidad de fiesta", de bares y terrazas, de sol y luna, de poco trabajo y mucha siesta, de poco madrugar y mucho trasnochar… que no dejan de ser sino tópicos fomentados torticeramente más allá de los pirineos. 

Los países de nuestro entorno justifican nuestra actual crisis y situación financiera a todos esos tópicos, pero lo cierto es que el problema fundamental de España es nuestro sistema político y económico, hoy en manos de una oligarquía política aliada con la oligarquía económica y financiera, y con escasa o nula participación ciudadana real en las decisiones políticas. 

Para no perpetuar la crisis y endeudar a los españoles durante generaciones, el Gobierno español debe reformar a fondo la administración de las comunidades autónomas y los ayuntamientos, en su mayoría en bancarrota y completamente fuera de control, sometiendo a referéndum el modelo de Estado.

Este tema es la clave del futuro de España, porque las regiones, ayuntamientos y diputaciones son los responsables de los dos tercios del gasto público -234.000 millones frente a 118.000 el Estado en 2011-, excluyendo la Seguridad Social -23.000 millones-, y este gasto se realiza en condiciones de descontrol, despilfarro y corrupción totalmente inaceptables. 


Las razones verdaderas de la crisis del país, en consonancia con lo dicho, nada tienen que ver con que existan salarios demasiado altos (un 60 % de la población ocupada gana menos de 1.000 euros/mes), ni pensiones demasiado altas (la pensión media es de 785 euros), ni las pocas horas de trabajo (40/semana). 

A España tampoco le falta talento, ni capacidad empresarial ni creatividad. Tiene grandes pensadores, creativos, ingenieros, médicos excelentes y gestores de primer nivel.

La razón de la enfermedad de España es un modelo de Estado inviable, fuente de todo nepotismo y de toda corrupción, impuesto por una casta política de partidos en connivencia con las castas financiera y económica, y con el poder judicial y los organismos de control a su servicio. En España no existe separación de poderes, ni independencia del poder judicial, ni los diputados representan a los ciudadanos, solo a los partidos que los ponen en una lista. Todo esto lleva también a una economía sumergida que llega al 20% del PIB y que frena la competencia, la eficacia y el desarrollo del país. Además, detrae recursos con los que podrían financiarse educación y sanidad.

Las ayudas para España, igual que para otros posible candidatos de rescates, no deben ir a bancos ya casi en bancarrota y fuertemente politizados. 

En la CAM, el Gobierno ha comprometido 16.000 millones de dinero público en lugar de cerrarla; en Bankia, 30.000, para cubrir pérdidas en vez de cerrarla, y además de forma tan extraña que despierta todo tipo de recelos. 

¿Por qué se ha utilizado el dinero de los españoles (FROB) en vez de esperar los fondos de la UE? Es lícito suponer que la razón es la siguiente: los bancos españoles no quieren que la UE investigue sus cuentas.

Control estricto y duras condiciones que no pueden solamente representar recortes sociales o subidas brutales de impuestos, como ha hecho el Gobierno de Mariano Rajoy con la excusa de Europa. Se tiene que cambiar más en España que cortar gasto social, que de todos modos es mucho más bajo que en otros países europeos, y hay otros gastos infinitamente más relevantes que se pueden eliminar. Además, los casos de corrupción resultan tan escandalosos, incluso en el propio Gobierno, que uno solamente puede llegar a una conclusión: nuestro dinero no puede ser manejado por personas tan increíblemente corrompidas.

No puede permitirse por más tiempo este nivel de corrupción, y menos aún a 17 regiones funcionando como estados independientes, con todos los organismos multiplicados por 17, desde 17 servicios meteorológicos a 17 defensores del pueblo, con 200 embajadas, 50 canales de TV regionales en pérdida, 30.000 coches oficiales o 4.000 empresas públicas que emplean a 520.000 personas, creadas específicamente para ocultar deuda y colocar a familiares y amigos sin control ni fiscalización alguna. 

En conjunto, unos 120.000 millones, equivalentes al 11,4% del PIB, se despilfarran anualmente en un sistema de nepotismo, corrupción y falta de transparencia .

Y con esto se tiene que acabar, entre otras cosas, porque ya no hay dinero. Pero lo realmente inaudito es que España está gastando el doble de lo que ingresa, y precisamente para poder financiar el despilfarro de regiones y ayuntamientos, que no están en absoluto comprometidos con la consolidación fiscal.

Como dice el Gobierno de Rajoy, “estamos en la senda de convergencia”. Y es verdad… de convergencia hacia Grecia.

Es frustrante que a causa de este sistema oligárquico nepotista y corrupto se destroce talento y creatividad y que ahora muchos jóvenes se vean forzados a trabajar fuera. Esa situación nos ha llevado a una distribución de riqueza que es de las más injustas de la OECD. La antaño fuerte clase media española está siendo (o lo ha sido ya) literalmente aniquilada.

Resumiendo: no es una falta de voluntad de trabajo, ni de una mentalidad de fiesta, como se piensa tal vez en algunos países del norte de Europa, lo que hace que España sufra la peor crisis económica de su Historia. Es un sistema corrupto e ineficiente. 

De continuar así, esta casta política incompetente y corrupta nos arruinará para varias generaciones.

Fuente: 

Artículo supuestamente publicado en varios periódicos económicos alemanes, por Stefanie Claudia Müller, periodista alemana corresponsal en Madrid y economista.

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