LA RAZÓN DE LA FUERZA, DIVISIÓN Y ODIO

España ha pasado en apenas 48 horas de la locura independentista a la desolación policial, y de ésta, a la incertidumbre general. 

Y si me lo permitís, creo que han rebrotado odios escondidos (que no olvidados), tras años de libertad, convivencia pacífica y democracia. España, 80 años después, vuelve a estar fracturada y dividida por el odio entre hermanos.

Estoy convencido que la culpa en todo conflicto, sea cual sea su índole, nunca es achacable a una sola parte. El quiz de la cuestión es ver la posibilidad de "enchufarse". 

Y por eso, me pregunto ¿quien es responsable? Los de siempre...Estos políticos negligentes e ineficaces que más que gobernar¿? parecen estar jugando una partida de ajedrez a muerte, utilizando a los ciudadanos como peones en el tablero de esta gran nación plural llamadaEspaña. Su talla política y moral, sencillamente, es inexistente. 

Tanto el gobierno de la nación como el de la comunidad autónoma son incapaces de dialogar. Ambos tienen posiciones equidistantes e insalvables.Pero lo triste es que nadie quiere ceder.

Son como dos venados en época de "berrea", "berreando" al viento sonidos sin sentido, envistiendo cabeza contra cabeza, cornamenta contra cornamenta, de forma disparatada, en su lucha por conquistar una hembra llamada "democracia".

Y si me lo permitís, ninguno parece muy demócrata en sus actitudes y aptitudes.

Ante esta inaudita, absurda y peligrosa situación que nos asombra y preocupa a todos, por un lado, el gobierno de Cataluña, incapaz de utilizar el sentido común (para ellos, el menor común de los sentidos), incendia la calle con gasolina, enardeciendo a la masa, llamando a la rebelión y a la desobediencia civil, en aras de sus partidistas intereses, por la razón de la fuerza.

Por otro lado, el gobierno de España, incapaz de dirigir con sentido de estado (para ellos, el mejor estado de los sentidos), prende fuego a la gasolina, enviado a las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado para reprimir con contundencia a la turba desbocada, por la razón de la fuerza.

Ni uno ni otro, son capaces de entender, por su evidente odio, comprobada incompetencia y demostrada incapacidad que para gobernar en democracia, en lugar de usar la razón de la fuerza, es necesario utilizar la fuerza de la razón. Y si me lo permitís, somos el hazmerreir de Europa.

¡Qué Dios nos pille confesados!

P.D.: Por cierto, el rey de España parece haber despertado de su letargo y esta noche se dirigirá por televisión a la nación. ¿Sabrá distinguir a qué nación?