Como apasionado de la elegancia y del buen gusto, a menudo leo y sigo, con interés, blogs y revistas de moda masculina.
La gran mayoría de ellos no son capaces de establecer la frontera entre lo
correcto y "lo que se lleva", entre vestirse adecuadamente y "arroparse".
Atrás quedaron los años donde
la existencia de unas normas no escritas marcaban claramente cuando se estaba
vistiendo correctamente y cuando no.
Desgraciadamente, hoy vivimos
un momento en el que la ausencia
de normas es un hábito común y el vestir no es una excepción.
Se puede ser atrevido y
transgresor y no por ello, hacer el ridículo. Sin embargo, hemos pasado del más
tradicional estilo británico, símbolo de gran distinción, gusto y status social a un estilo "trendy" absurdo, ridículo y
extravagante, donde todo vale.
Vestirte adecuadamente lleva su tiempo, no sólo se trata de elegir lo que ponerse en vez de coger lo primero del armario y "a oscuras". Se trata de saber dónde vamos para no caer en el ridículo. Y también de ir bien aseado y perfectamente combinado para gustar a los demás. Cuando veas a un hombre bien vestido, debes darle su justa importancia y respeto por su atuendo, ya que se ha tomado su tiempo y preocupación para ser agradable a los demás.
Muchos hombres creen que comprando ropa de marca compran la elegancia. El buen gusto no tiene nada que ver con el dinero, sino con el equilibrio entre nuestro interior y el exterior. Por ello, llevar un atuendo de una importante firma no significa que vayas bien vestido ni pensar que el precio justifica desentonar, ya sea en una boda o en un evento con protocolo.
Es mucho más fascinante, digno de respeto y admiración el hecho de fijar la mirada en
hombres impecables, con un estilo particular, equilibrado e intemporal, que pasean por la calle que seguir lo que
en las pasarelas nos muestran algunos diseñadores, donde llamar la atención de forma grotesca
significa ser noticia o un gran innovador.
sobriedad vs. extravagancia
A la hora de elegir nuestro atuendo, es importante saber dónde iremos y a quien encontraremos. No es de recibo
que, por ejemplo, en una boda, los invitados vistan de sport, con jeans o camisetas. Nadie puede justificar ir "a su aire" si los novios han indicado el dress code en la invitación, pues se convierte en un desaire.
Como tampoco es correcto, en las entregas de premios, ver cómo algunos "snobs" pretenden estar por encima de toda regla del buen vestir y del exquisito comportamiento, vistiendo de cualquier manera, escudándose en el hecho de visten de marca o que desean expresar "su rebeldía" o ser "más trasgresores" que el resto de los mortales.
Como tampoco es correcto, en las entregas de premios, ver cómo algunos "snobs" pretenden estar por encima de toda regla del buen vestir y del exquisito comportamiento, vistiendo de cualquier manera, escudándose en el hecho de visten de marca o que desean expresar "su rebeldía" o ser "más trasgresores" que el resto de los mortales.
Si desconocemos el dress
code del evento, tenemos la obligación de estar informados sobre cuál es el correcto, según la ocasión, pues todos sabemos que la ignorancia es muy atrevida pero no exenta de ridículo.
Lo grotesco es
presentarse a una gala con cualquier atuendo sin seguir unas mínimas normas del
vestir, y lo peor de todo es pretender atesorar el derecho fundamental a
"vestir de cualquier forma" como símbolo de libertad individual, a lo
que más bien, habría que denominar "anarquía" o "ridículez".
Nadie debería acudir a ningún
lugar donde las normas que lo rigen choquen frontalmente con
sus principios y no sean capaces de aceptarlas. Es preferible no asistir a "dar la nota".
Muchos se visten para que los demás hablen, aunque sea mal. Es un grave error, pues se convierten en noticia efímera y lo que sí perdura en el tiempo es su mal gusto.
Y por supuesto, cuidar el aso
personal, llevar un buen corte de cabello,
escrupulosamente lavado y peinado, cuidar tu rostro y que vayas
bien afeitado, con las manos cuidadas, uñas limpias y bien cortadas, el perfume, y los
zapatos bien limpios, es tan importante como la ropa que eliges.
En esta misma línea, creo
firmemente que una de las características de la elegancia pasa por no llamar la
atención, o dicho de otra manera, que lo llamativo sea
la discreción y el buen gusto, tanto en la manera de vestir como
en la forma de actuar.
"Elegancia es cuando el interior es tan bonito como el exterior", Coco Chanel
"La elegancia es la única belleza que nunca se desvanece", Audrey Hepbrun
Artículo escrito por Alberto Mestre en el blog:" Trajes de Novio CMoyano".
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