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domingo, 1 de julio de 2018

DEL "TIKI-TAKA" AL "TAKA-TAKA"

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Volvemos a ser lo que eramos. Una selección mediocre y ramplona que no pasa de octavos. No pretendo ser ventajista pero lo llevo comentando desde el primer partido con Portugal, después de sospechar que la destitución de Lopetegui nos dejaría a las primeras de cambio fuera del mundial.

Nuestra selección se ha acostumbrado al halago facilón: ¡Qué bien juega España! ¡El tiki-taka es lo más! ¡España es favorita! y ¡N
os lo hemos creído! ¿En serio? Cuando yo jugaba de joven al fútbol, me enseñaron que jugar al fútbol es correr, pelear, luchar, comerse al rival, dejarse la vida en el césped... Eso es jugar bien al fútbol.

Hemos adoptado una manía de promover juego de posesión más que de creación. Rácano y miedica. Sin ritmo ni transiciones. Sin toque y sin peligro. Horizontal y sin ocasiones de gol. Con una defensa temblorosa y un ataque inoperante. Sin bandas, sin espacios, sin atrevimiento. ¿De qué sirve dar 1.000 pases si sólo ocasionamos una o ninguna ocasión de peligro?Esto no es jugar al fútbol.

Nuestro famoso "tiki-taka" se ha convertido en el "taka-taka". Un taka-taka de bebés que andan pero no corren, que hacen gracia pero no dicen nada, que lloran y patalean pero nada más...no somos ni capaces, con nuestra experiencia, de marcar penalties.

España Rusia octavos Mundial futbolNuestra técnica puede librarnos de una vergüenza mayor, en las primeras de cambio, con equipos cuyo máximo objetivo es marcar un gol en un mundial.

Durante esta semana he escuchado una especie de arenga sin sentido: "No critiquemos a España. Hemos quedado primeros de grupo". ¿En serio? ¿Qué mérito tiene empatar con Portugal y con Marruecos, y ganar a Irán de rebote? ¡Qué grandes potencias del fútbol, cuantos títulos en el palmares de cada una de ellas!

¿Autocrítica? Cero. Hemos malcriado en nuestro fútbol a "niñatos" que ganan lo que ninguno de los que sufrimos con la selección podemos ni llegar a imaginar; jugadores mercenarios que no sienten ni el himno ni la bandera que representan, y que, ¡valgame el cielo! se molestan cuando la prensa les critica su mal juego. 

Ningún cambio de sensaciones, ningún "efecto transformador", ningún movimiento de "furia patriótica".  Nada. Eso sí, todos contagiados de vanidad por los inmerecidos halagos sobre la "Roja". ¡Maldita trampa! ¿Qué inocentes!

Volvemos a ser lo que eramos. Una selección a la que nadie respeta ni siquiera por la estrella del pecho. Una selección a la que equipos inferiores como Marruecos, Irán y Rusia "tutean" y "desquician" haciendo que suframos de impotencia.

Volvemos a ser lo que eramos, un país de quijotes que ven gigantes cuando en realidad son molinos de viento. 

Un viento que se lleva nuestras ilusiones...una vez más.

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