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lunes, 16 de julio de 2018

ANSIEDAD: ENEMIGO PÚBLICO Nº 1

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La ansiedad es un estado mental que nos genera una gran inquietud y una extrema inseguridad. 

Existen dos tipos: 

-Adaptativa: es una respuesta de nuestro cerebro ante un peligro inmimente, que nos permite adaptarnos y prepararnos para enfrentarnos a él. Por lo tanto, es buena y normal.

-Patológica: es una respuesta desproporcionada al hecho en sí o se da incluso sin un peligro inmimente. Entonces en vez de ayudarnos, nos incapacita y nos provoca problemas de salud. Pasaría a ser un trastorno de la ansiedad.

Tipos

Los trastornos de ansiedad patológica podemos dividirlos en:

-
Ansiedad generalizada: la ansiedad y preocupación están presentes la mayoría del tiempo y casi por cualquier cosa. Para determinar la ansiedad generalizada, la sensación debe darse la mayoría de los días, durante un periodo de 6 meses seguidos.

Imagen relacionada-Trastornos de pánico: los síntomas del pánico son más agudos, y puede causar problemas psicológicos o físicos.

-Trastorno obsesivo-compulsivo: son pensamientos o ideas ansiosas, que pueden influenciar nuestro comportamiento.

-Fobias: el miedo se concentra en una situación, objeto o actividad determinada.

-Estrés postraumático: su desencadenante es el haber vivido alguna situación traumática en la infancia y se encuentre reprimida.

Síntomas

Subjetivos o cognitivos:
• Incertidumbre
• Preocupación
• Inseguridad
• Miedo
• Aprensión
• Pensamientos negativos, de inferioridad, incapacidad.
• Anticipación de peligro o amenaza
• Dificultad para concentrarse, distracciones
• Dificultad para tomar decisiones
• Sensación general de pérdida de control sobre el ambiente o desorganización
• Dificultad para pensar con claridad
• Obsesiones o pensamientos recurrentes

Corporales o fisiológicos:
Síntomas cardiovasculares: palpitaciones, pulso rápido, tensión arterial alta, accesos de calor
Síntomas respiratorios: sensación de sofoco, ahogo, respiración rápida y superficial, opresión en el pecho
Síntomas gastrointestinales: náuseas, vómitos, diarrea, gases, molestias digestivas
Síntomas genitourinarios: micciones frecuentes, enuresis, eyaculación precoz, frigidez, impotencia
Síntomas neuromusculares: tensión muscular, temblores, hormigueo, dolor de cabeza tensional, fatiga excesiva
Síntomas neurovegetativos: sequedad de boca, sudoración excesiva, mareo, lipotimia

Observables o motores:
• Incertidumbre
• Hiperactividad
• Paralización motora
• Movimientos repetitivos
• Movimientos torpes y desorganizados
• Tartamudeo y otras dificultades de expresión verbal
• Conductas de evitación
• Dificultades para conciliar o mantener el sueño
• Fumar demasiado
• Comer en exceso o perder el apetito
• Beber alcohol en exceso
• Disfunciones sexuales (exceso o inhibición del deseo sexual)

¿Qué me pasa?

La crisis de ansiedad aparece de repente, sin avisar, como un episodio inesperado y en muchas ocasiones sin causa aparente

Resultado de imagen de ANSIEDADProvoca un miedo extremo a perder el control del cuerpo o a que ocurra algo malo, incluso la muerte.

Sus síntomas pueden parecer alarmantes pero no lo son: palpitaciones, mareos, náuseas, sensación de asfixia o dificultad para respirar, dolor en el pecho, escalofríos o sudoración intensa, adormecimiento de las manos u hormigueos, temblores, sensación de irrealidad e incluso miedo intenso a morir de repente.

El cuadro puede empeorar por la propia angustia. La mayoría de las veces la crisis aparece de repente y la persona no sabe cómo actuar, lo que hace que se ponga cada vez más nerviosa y los síntomas vayan en aumento hasta que remiten, como máximo, a los 30 minutos.

¿Por qué me pasa?

Un 20% de la población padece ansiedad o es susceptible de padecerla a lo largo de su vida.

Los desencadenantes de una crisis pueden ser situaciones que nos preocupan, que nos angustian o que percibimos como una amenaza. 

Se presentan ante situaciones que impliquen pasar nervios, como ir al médico, viajar en avión, hacer un examen o una entrevista de trabajo...

¿Cómo combatirla?


Entender por qué
sufrimos de ansiedad, nos ayudará a hacerle frente, aprender a manejarla y llegar a solventarla. 

Cuando tengas un episodio de ansiedad, intenta:

-Distraer la atención hacia algo diferente a lo que te está sucediendo. Por ejemplo, contar hacia atrás desde el 100, de 3 en 3 .

-Relajarte: piensa en algo que resulte agradable o en un lugar bonito y relajante.

-Recordar que los síntomas son una reacción al estrés y no son peligrosos.

-Controlar la respiración. Respirar conscientemente (“hiperventilación”), cogiendo y soltando el aire de forma controlada y despacio.

- Tumbarte o sentarte

- Desabrocharte la ropa para disminuir la sensación de ahogo. 

Si persiste, ve al médico

Cuando tengas una crisis de ansiedad, acude al médico para asegurar el diagnóstico y descartar otras enfermedades.

Él valorará un posible tratamiento y determinará si requieres algún tipo de ayuda con medicación o apoyo psicológico.

Así, evitarás futuros episodios. El propio miedo a sufrir un nuevo episodio de crisis de ansiedad puede acabar provocándola. Recibir el oportuno asesoramiento médico rebaja esa angustia.

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