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domingo, 25 de agosto de 2013

"ATENTOS: EL MALIGNO ACECHA"



Muchos de nosotros creemos en Dios pero nos cuesta mucho creer en la existencia de el Diablo o Satanás (que significa "adversario"), incluso a personas consagradas al sacerdocio. El motivo fundamental es que el mismo diablo quiere que esto sea así. Pero no creer en él no evita que actúe ni nos protege de él. Lo creamos o no, se está librando una batalla espiritual entre el bien y el mal. 
El problema de negar la existencia de un Satanás maléfico, perverso, astuto y tentador, es que motivamos a que la gente baje la guardia contra su acción solapada y agazapada. Si decimos irresponsablemente que no existe el virus de la polio, millones de padres dejarían de vacunar a sus hijos, y entonces les estaríamos exponiendo a un gran peligro. La obra maestra del diablo es, sin duda, lograr que las personas no perciban su existencia, y que la nieguen por completo.

La Biblia, habla, en innumerables ocasiones, de los demonios como espíritus maléficos (1Sam 16,14-16;18,10; 19,9; Tob 3,8; 6,8;8,3) como personificación del mal en lucha permanente con Dios (Mc 5,1-15; Mt12,22-28.43-45; Ef 6,11; 1Tes 3,5; 1 Cor 10,21-22; 2 Cor 11,15; 12,7; 1 Tim 4,1;  1 Pe 5,8). Al frente de ellos está Satán como el opositor a Dios (Zac 3,1-5; Job 1,2; Lc 22,3; Jn 13,27; 1 Tes 2,18; 2 Tes 2,9), define sus nombres: Belzebú (Mt 12,22), Belial (2 Cor 6,14) y diablo (Mt 4,1.5.8.11; 13,39; 25,41; Jn 6,70;8,44;Ef 4,27; 1Jn 3,8-10; etc y cómo Jesús nos libera del poder de Satán y sus demonios (Mt 4,10-11; 8,28-32; Lc 8,2; 10,17-20; Jn 12,31; Heb 2,14-15; Ap 20,1-10). Por tanto, quien no cree en él, no cree en el Evangelio.

Según 2 Cor 4,4: "...para los incrédulos, cuyas inteligencias cegó el dios de este siglo (Satanás) para que no brille el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo..." o 2 Cor 2,10-11 “Para que Satanás NO GANE VENTAJA alguna sobre nosotros; pues NO IGNORAMOS SUS MAQUINACIONES.”  

Además, hay una clara advertencia en el libro de Apocalipsis, capítulos 12 y 13: «Ay de los moradores de la tierra porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira sabiendo que le queda poco tiempo». 

El "portador de luz" (Lucifer o Luzbel) fue el querubín/arcángel más glorioso, bello e iluminado de toda la Creación, el favorito de Dios hasta que su orgullo y arrogancia le llevó a intentar igualarse y a rebelarse contra el Supremo, dirigiendo una revuelta en el Cielo que inició una guerra angelical, una revuelta que finalizó cuando fue vencido por el arcángel Miguel "ayudado por la mano de Dios", quedando de este modo exiliado al Infierno. Desde entonces, continúa el desafío del Ángel Caído con Dios.
Se trata de una batalla a muerte y sin cuartel. Nuestro adversario nunca se cansa ni descansa, porque es un ser espiritual. Nunca debemos cometer el error de subestimar al enemigo y mucho menos, negar su existencia. El diablo no es poca cosa: es el más poderoso de los seres creados por Dios, y nos supera largamente en inteligencia, conocimiento y habilidades.
Uno de los elementos clave en cualquier desafío es entender las tácticas de su oponente y reconocer las sutilezas de la estrategia o movimientos a que pueda recurrir para poder combatirle. En la batalla espiritual tenemos que reconocer, nombrar y entender las sutilezas de las tácticas comunes del diablo:

MENTIRA Y ENGAÑO
Jesús dice que "el diablo fue un asesino desde el principio que no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla, habla mentiras según su propia naturaleza, porque es mentiroso y padre de mentira". (Juan 8:44).
El diablo nos engaña con muchas promesas falsas y vacíasEl diablo también busca engañarnos con “palabras engañadoras”.

DIVISIÓN Y CONFUSIÓN

El trabajo del demonio en la división comienza dentro de cada uno de nosotros, en nuestra familia, en nuestro entorno y entre nosotros, sembrando acusaciones y produciendo amargura y resentimiento. Intenta confundirnos, que dudemos de nuestra fe y neguemos a Dios.

TENTACIONES
Su estrategia fundamental es meternos en situaciones donde podemos ser tentados y caer. Debemos evitar lugares y situaciones que nos comprometan y que puedan causar un tropiezo para nosotros o para otros. Jesús nos enseñó a orar: Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno”.

BLASFEMIAS  Y MALDICIONES
La blasfemia es el lenguaje del maligno y su intención es siempre profanar lo santo, desafiar el poder supremo de Dios y para ello, insulta y maldice todo lo divino. Al igual que Dios bendice, el diablo, maldice.

DISTRACCIONES

Otra de las estrategias favoritas del diablo es distraernos de lo más importante.  Los afanes de la vida, el entretenimiento, etc., son distracciones que nos alejan de Dios, que es lo que el diablo quiere.  Las distracciones pueden ser legítimas, pero nos quitan tiempo y  la vista de la meta.  San Pablo dijo, “poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.”  Todo es lícito pero no todo nos conviene. Las atracciones del mundo roban el corazón, y la sobrecarga económica, esclaviza a lo material. 

REBELIÓN

Por último, la rebelión contra  Dios o las autoridades establecidas por Él, es otra manera de abrir puertas al enemigo. El diablo fue el primero en rebelarse a Dios y se llevó con él a muchos ángeles, criaturas de Dios . Nosotros, también como criaturas de Dios, estamos en su punto de mira.



La película "El Rito" (2011), basada en hechos reales y protagonizada por Anthony Hopkins en el papel del sacerdote exorcista Lucas da algunas pautas sobre el maligno: "Sólo se le puede vencer, si se cree en él" y sigue: "¿un ladrón enciende las luces, al entrar en una casa a robar? prefiere que no se sepa que está ahí, el diablo, igual". También dice: "Ten cuidado: que optes por no creer en el Diablo, no te protegerá de él". 
El film refleja la falta de fe y la negación del diablo por un joven sacerdote (Michael) que se enfrentará cara a cara con él, con la ayuda de un experimentado sacerdote en posesiones.


Actualmente, el arzobispado de Madrid ha decidido formar con carácter urgente un cuerpo de 8 nuevos exorcistas (uno por vicaría) debido a “la fuerte demanda” de acabar con posesiones demoníacas o influencias maléficas. Cabe distinguir claramente entre posesión e influencia demoníacas: las primeras son acciones directas y graves del Maligno dentro y/o sobre las personas o cosas; las segundas, son más leves pero más comunes de percibir: pecados, malos pensamientos y acciones, blasfemias ¿Existe, pues, el Diablo o son fantasías o problemas psicológicos? ¿Un cristiano debe creer en él?

Muchas posesiones demoníacas suceden en personas inocentes que son víctimas de la maldad de otras personas, inclusive familiares. En otros casos de influencia y posesión demoníaca, la víctima ha contribuido a su estado por causa de su desobediencia a las leyes de Dios y a su curiosidad en lo oculto. 


Posesión.

Los signos sobrenaturales que pueden indicar posesión son: producir una voz grotesca de tono bajo imposible de ser imitada por seres humanos, mostrar fortaleza superior a cualquier ser humano, conocer los pecados de las personas presentes si no han sido confesados, conocer el futuro, leer la mente y mostrar mucho orgullo al hablar, hablar o entender cualquier idioma con total facilidad. 



Los poseídos por el demonio, se llenan de odio y blasfemia por todas las cosas santas, emiten sonidos furiosos, se mueven y actúan con conducta muy extraña, tienden a herir su cuerpo o a mutilarse, entran en periodos de trance, vomitan líquidos y objetos extraños y hacen funciones biológicas como si fuesen animales, se vuelven una amenaza para los familiares y aquellos alrededor, pues pierden su contacto con la sociedad. 



Influencia demoníaca
Es un estado mas leve de posesión demoníaca. Aquel que sufre la influencia del demonio, resulta haciendo cosas malignas sin explicación, puede resultar blasfemando de Dios sin saber por que lo hace, puede escuchar voces que le llevan a hacer cosas indeseables, puede obsesionarse con el suicidio y terminar matándose o matando a otra u otras personas.


Estas personas se pueden especializar en cometer cualquiera de los pecados capitales que son: orgullo, avaricia, envidia, ira, lujuria, glotonería, y pereza. Esto lo hacen influenciados por el malvado, como un escape a su frustración, y por la pérdida del temor de Dios. En otras palabras, todavía pueden darse cuenta por su conducta de que algo está mal y que pueden hacer algo al respecto. En algunos casos pierden el coraje al tratar de obtener liberación porque sienten que el enemigo los maltrata y no los deja en paz. Algunos van a la confesión, pero aún no llevan el arrepentimiento suficiente para poder orar por ellos mismos y ser liberados. Otros son personas del mundo que no conocen a Dios.



La influencia demoníaca puede empezar por interés en lo oculto, consultas de horóscopo, leída de las manos, predicciones del futuro, tabla de guija, brujería, hechizos, mal de ojo, maldiciones de otras personas, odios, espiritismo, magia, yoga, péndulo, comunicación con espíritus a través de medios, clarividentes, cartas, adivinaciones, supersticiones, amuletos, encantaciones, cristales, nueva era, literaturas, cines y exhibiciones impuras, violentas o satánicas, etc.



Liberación de influencia o posesión.

El poseído pierde finalmente control de sus facultades mentales en cuanto a llegar a una espiritualidad que le permita orar por si mismo, pues el demonio ha recibido dominio de esta persona totalmente. Tan solo la oración profunda de liberación hecha por otras personas creyentes o un exorcismo oficial de la Iglesia le puede liberar. 

Aquel que está siendo influenciado por el demonio todavía tiene oportunidad de orar por si mismo o de pedirle a otros que oren por el, primero que todo tiene que arrepentirse de su pecado, ir a la confesión con un corazón contrito y rogar la misericordia divina a través de la Preciosa Sangre de Cristo y del Poder del Santo Nombre de Jesús que ha garantizado liberación en su nombre. 
Mucha preparación, oración y lucha se requiere para superar al demonio, pero no es imposible, bendito sea el Señor que nos ha dado los medios para librarnos de la maldad del enemigo. 


Tanto la influencia demoníaca, como la posesión por malos espíritus pueden suceder por varias causas:


  • Maldiciones de los padres muchas veces desde el vientre de la madre. 
  • Casos de incesto o de abuso sexual en la niñez.
  • Víctimas de hechizos, brujerías, odios, mal ojo, vudú, etc.
  • Participación en cultos de satanismo, brujería, espiritismo, magia, yoga, guija, clarividencia, adivinaciones, supersticiones, amuletos, encantaciones, cristales, nueva era, literaturas, cines y exhibiciones impuras, violentas o satánicas, etc.
El exorcismo es una acción sobrenatural de expulsión, realizada contra una fuerza maligna, utilizando un método religioso para expulsar, sacar o apartar a dicho ente de la persona u objeto que se encuentra poseído por la entidad maligna. Estos entes pueden ser demoniosespíritus, brujos, etc.

El objeto de la posesión puede ser una persona o animal, objetos e incluso lugares como pueblos o casas (poltergeist).
La posesión puede ser total (el ente toma control de las funciones del poseído, puede moverse, hablar, etc, a través de la víctima) o parcial (en la que el ente utiliza al poseído para alguna actividad concreta, como los íncubos: demonio masculino súcubos: un demonio femenino , que mantienen relaciones sexuales con la víctima mientras ésta duerme).

El ritual de exorcismo incluye la repetición continua de oraciones de liberación y órdenes de expulsión, y el uso de objetos que pueden repeler al ente o demonio, como crucifijos, agua bendita, reliquias, entre otros. 
Habiendo sido descartada una anomalía psíquica, ya sea patológica o paranormal, suelen considerarse signos de posesión diabólica: 
  • Aversión vehemente hacia Dios, la Virgen, los Santos, la cruz y las imágenes sagradas.
  • Aborrecimiento de cosas santas como el agua, la sal o el aceite benditos
  • Hablar lenguas desconocidas o entenderlas.
  • Hacer presentes cosas distantes o escondidas.
  • Marcas y/o heridas en el cuerpo.
  • Demostrar una fuerza sobrenatural.
  • Levitar o hacer levitar objetos.
  • Vomitar líquidos u objetos extraños
  • Predicción del futuro y lectura de la mente.
  • Blasfemias y desafíos a Dios.  
Para la práctica del exorcismo es necesaria la autorización del obispo, que puede ser concedida vez por vez para cada caso específico o de manera general y permanente al sacerdote que ejerce el ministerio de exorcista en la diócesis. La liberación es una oración dirigida al arcángel San Miguel para liberar de la opresión del demonio pero sin utilizar el rito de exorcismo  Nadie debe ejercer este ministerio sin autorización de la Iglesia. 
Los sacerdotes de la Iglesia católica para la realización del exorcismo lo hacen bajo lo estipulado en el Ritual romano. Actualmente se debería utilizar la versión aprobada por el Sumo Pontífice en enero de 1999.

Entre los más destacados sacerdotes exorcistas católicos contemporáneos destacan Gabriele Amorth y José Antonio Fortea Cucurull .
Según el Padre Amorth, exorcista de Roma, el poder de expulsar demonios que Jesús confirió a todos los creyentes conserva toda validez. Es un poder general basado en la fe y en la oración, y puede ser ejercido por individuos o comunidades sin ninguna autorización. Sin embargo, en este caso, se trata de plegarias de liberación, y no se deben llamar exorcismos. Sólo al sacerdote autorizado, además de al obispo exorcizante, corresponde el nombre de exorcista. 
Tenemos armas para luchar contra el Diablo. El libro de Efesios, capítulo 6 nos indica las armas del cristiano y cómo librar batalla con él: 
  • "Manteneos firmes...", es decir, sostener las enseñanzas que Cristo nos dio.
  • "...ceñidos nuestros lomos con la verdad...", ya que el enemigo utiliza siempre la mentira y el engaño.
  • "...revestidos con la coraza de justicia",  la justicia que Cristo nos da para vencer.
  • "...y teniendo calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz", porque caminamos juntos y nos movemos al unísono con Dios, para perseguir al enemigo o para huir de él. 
  •  "empuñad siempre el escudo de la fe"., con el cual inutilizamos los dardos encendidos del Maligno.
  • "Tomad el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios, orando en todo tiempo…" el yelmo es la obra de Cristo y la espada es la oración. Es el camino de la victoria porque Satanás se pone en campaña cuando oramos.



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