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domingo, 25 de agosto de 2013

FELICIDAD NO ES FACILIDAD






Queridos amigos,

Celebrar un aniversario de boda es signo de ilusión, es querer ir más lejos en el amor. 25 años, son pocos años, pero es un recorrido que merece la pena conmemorar para que el amor dure toda la vida. Algunos aspectos que deben mantenerse en la vida de un buen matrimonio:

1.- Cultivar el diálogo
2.- Respetar siempre el punto de vista del otro
3.- Estar dispuestos a servir
4.- Tener paciencia con los defectos de los demás
5.- Saber perdonar y pedir perdón
6.- Superar con inteligencia y humildad  los posibles conflictos
7.- Acordar las orientaciones educativas de los hijos

Estos elementos son suficientes para alimentar y orientar la vida matrimonial.
Sabéis que no os habéis casado con el ser perfecto y seguro que en algunas ocasiones habéis experimentado cansancio, rutina, incluso involuntarias ofensas o heridas: la rutina es mala consejera en las relaciones de las personas. Por eso es bueno  detenerse un momento y pasar vuestra propia ITV matrimonial haciéndose las siguientes preguntas:

- ¿Qué es lo que me saca de quicio o me pone nerviosa de mi marido y qué me irrita de mi mujer?
- ¿Conoces las limitaciones de tu pareja?, seguro que lo tienes muy claro pero, ¿conoces las tuyas?, ¿tus defectos personales, tus errores?
- ¿Eres consciente de que tú también puedes herir?
- ¿Qué te hace daño de mí?, ¿Qué estoy haciendo mal?, ¿qué es lo que no estoy haciendo?
Todos  podemos tener fallos, pero también podemos decirnos cosas positivas:
- ¿Qué cosas positivas veo en ti?
- ¿Qué es lo que más valoro de ti?
Esta revisión hecha con cariño os hará capaces de llevar a buen término vuestro proyecto matrimonial.


“Felicidad no es facilidad”. Felicidad no es que todo me salga bien; no es tener un cónyuge galante, perfecto y siempre cariñoso, tierno y paciente. Debemos examinarnos y preguntarnos si el amor que sentimos por nuestro esposo/esposa sigue siendo el mismo amor que le prometimos. El matrimonio no es un camino de rosas y, aunque fuera de rosas, éstas tienen espinas. Cuesta muchas veces el sacrificio personal, por ejemplo el no aceptar que el otro se puede equivocar y perdonar. No os desaniméis ante las limitaciones y las carencias personales que podrían apagar la primera ilusión. Sobre todo intentad visualizar vuestro futuro con vuestros hijos y hacer una familia feliz donde crezca el amor. Os confieso que el barómetro para medir la propia felicidad es la alegría de nuestros hijos. 
Que este aniversario sea una fuente de gracia para reavivar el primer amor, para hacer nuevas las cosas en nuestra vida matrimonial, para mejorar la ilusión de seguir casados cada día. Se trata de trabajar e intentar vivirlo de esa manera. Queridos amigos, ningún camino es fácil, pero con Dios todo camino es más fácil y se afrontan con serenidad, los fracasos y las desilusiones. Que ninguna adversidad os paralice. 

¿Cómo se puede establecer o mejorar la comunicación de forma madura en momentos/situaciones de dificultad en la pareja?

Muchas parejas pasan por momentos difíciles que pueden acabar rompiendo la relación de pareja. Los motivos que llevan a una pareja al conflicto son muy diversos y complejos. En ocasiones existe un claro detonante, como una infidelidad o celos, o agresividad,  y en otras se trata de un deterioro en la relación o de falta de comunicación efectiva, que no consiguen entender los propios miembros de la pareja.

Es preciso meditar sobre las causas que han llevado a la pareja a la situación actual, detectar los patrones destructivos que se han establecido dentro de la pareja y proponer pautas, ejercicios y negociaciones para llegar a una solución de los problemas estable y romper las barreras que bloquean la relación.
Las parejas tienden a subestimar la gravedad de sus problemas. Pensar que la pareja no funciona es algo tan difícil de asumir que preferimos ignorarlo. Solemos engañarnos atribuyendo las dificultades de pareja a cambios propios de las etapas por las que pasan las parejas a lo largo del tiempo. Si no somos capaces de atajar el problema mediante la comunicación, sería necesario buscar un mediador (terapeuta, psicólogo, etc.).
No hay que esperar  a que los hijos perciban las dificultades o a perderse el respeto mutuamente.
¿Buscar ayuda para un problema de pareja significa que la relación está terminada?
Es mejor buscar ayuda al inicio de la problemática que esperar a que las dificultades sean demasiado graves. El resultado de una terapia de pareja depende de muchos factores pero hay dos aspectos muy importantes a tener en cuenta: lo motivados que están los miembros de la pareja para trabajar en el problema y lo importante que es para ambos la propia relación.
¿Existe un único culpable en los problemas de pareja?
Una sola persona no es totalmente responsable de los problemas en una relación. Los problemas de pareja son relacionales y se llegan a ellos por los patrones conductuales adquiridos en la relación. Tú puedes sentirte culpable en algún momento, sin embargo, esto es normal y posiblemente tu pareja piensa lo mismo, en otros momentos. Este tipo de experiencias pueden ser parte del proceso y deben ser discutidas.

¿Qué pasos debemos seguir?
Debemos elaborar un análisis de la relación para llegar a un diagnóstico preciso. Hemos de tener tres objetivos muy claros. Obtener un diagnóstico preciso es el primer objetivo. En segundo lugar, hemos de conseguir explicar las causas y el proceso que les ha llevado a la situación actual. Trazar los nudos del problema de pareja. Por último elaboraremos un plan de acciones a seguir: ejercicios, pautas, negociaciones o normas para realizar en casa para ambos miembros de la pareja o para uno de ellos. Tenemos que devolver a la pareja un estado de tranquilidad, comunicación, confianza, armonía y bienestar en los diferentes ámbitos de la pareja.
Primero ser conscientes de las necesidades propias, las del cónyuge y las de la relación, para de este modo salvar los obstáculos que se les presentan.
-Alimentar constantemente la relación.
- Respetar la individualidad del otro, su ser, su personalidad, su desarrollo en el mundo.
- Respetar la libertad del otro.
- Reiterar día a día el compromiso que tienen uno con el otro.
- Ser, uno para el otro, nuestros mejores amigos.
- Tener un intercambio flexible de posiciones de poder. Según las situaciones y de acuerdo con las capacidades de cada quien, a veces uno y a veces, el otro ejerce el liderazgo.
- Aun con el paso de los años, mantener la atracción física.
-La relación sexual es libre, espontánea y satisfactoria.
-Tocarse, abrazarse, besarse, acariciarse.
-Tener sentido del humor, especialmente cuando se trata de enfrentar las diferencias.
-Tener gestos y detalles: como llamarse al trabajo, comprarse flores o pequeños obsequios, decirse “te quiero”, halagarse mutuamente, planear encuentros juntos, momentos especiales
-Expresar lo que sentimos o necesitamos de forma positiva, no quejándose,  y que nuestros sentimientos sean validados por el otro.
Es una idea simple, pero aún así, profundamente importante. Y no sólo es un consejo para el matrimonio. Es toda una filosofía de vida.
Quejarse es claramente una postura negativa. La expresión de un deseo o un anhelo, es una postura positiva.
Tiene mucho mejores resultados, no sólo porque efectivamente conseguimos satisfacer nuestras necesidades, sino porque nos volvemos gente más agradable en el proceso, lo que obviamente mejora nuestros matrimonios, nuestras amistades y nuestras relaciones laborales… En vez del quejido, que ya nos resulta demasiado familiar, necesitamos representar nuestros deseos de forma alentadora y agradable.
 En vez de decir “¡Ya nunca salimos!”, podríamos intentar un “En realidad disfrutaría ir al cine esta noche”. En vez de mañosear que “estoy harta de cocinar”, podríamos probar con “sería una verdadera maravilla si salimos a comer esta noche”. Y en vez de gritar “¡No soy tu sirvienta!”, podría ser más agradable, por no mencionar más efectivo, decir “Me siento sobrepasada; ¿es posible incorporar al presupuesto una ayuda para la limpieza?”.
Esta técnica también es preferible a la de no decir nada en lo absoluto, mientras dejas que aumenten el resentimiento y la frustración, hasta que estalle una pelea realmente grande. Y si expresamos nuestras necesidades de modo positivo, aquellos en nuestro entorno aprenderán de nuestro ejemplo. Nuestros empleados, nuestros colegas, nuestros hijos, y nuestros esposos también detendrán sus quejidos, convirtiéndolos en una declaración positiva.


La Ley fundamental de la Felicidad

Solemos oír las quejas: "Mi marido no me hace feliz", "Mi mujer debería ser distinta". No pienses sólo en recibir, sino también en dar, pues "HACER FELIZ AL PRÓJIMO, ES HACERSE FELIZ A SÍ MISMO". El apóstol Pablo dice: "Más bienaventurado es dar, que recibir" (Hechos 20:35).

Haz feliz a tu cónyuge. Busca el momento apropiado para conversar y trata de identificar las cosas que no gustan del otro, no las que nos disgustan. No pienses en tu felicidad, sino en la del otro. No trates de cambiar a tu pareja, cambia tú mismo, y... ¡Verás los resultados!


Secretos para una pareja feliz




-Aceptación y compromiso mutuos

Es un engaño pensar que nosotros, el matrimonio o los hijos cambiará a nuestra pareja, ya que esto crea expectativas falsas y obtenemos como resultado frustración y desengaño. Te casaste con un HOMBRE/MUJER y no con un "DIOS", que sus imperfecciones no te sorprendan.
Aceptemos que nuestra pareja, al igual que nosotros, tiene errores. El mayor problema hoy en día en las parejas es el orgullo, el querer tener la razón y esperar que el otro sea el que siempre ceda. Valoraremos la pareja como unidad, por encima de las necesidades y deseos individuales. Antes de crear a la mujer, Dios dijo: "No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él" (Génesis 2:18).
Veamos lo positivo y las virtudes de nuestro cónyuge, y no solamente lo negativo.
El consejo de Dios es: "Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas” Colosenses 3:18-19.

-La importancia de los detalles

El poner mayor atención a los defectos de nuestra pareja, empaña aquellas características positivas que posee, ocasionando muchas veces que estas desaparezcan.
Elogiemos a nuestra pareja cuando sabemos que hay algo que solo él/ella puede hacerlo bien: un plato especial, la limpieza de la casa, administración del dinero, ideas sabias, etc.
Fomentar un ambiente alegre.
Dar y recibir pequeñas expresiones de cariño. Evitar las palabras ásperas y ofensivas.

- Evitar luchas innecesarias

Las riñas y sermoneo hace que la pareja se ubique en el rol de hijos y no como esposos, lo cual lleva a revivir experiencias pasadas agravando la situación. (Proverbios 21:9,19-20).
Recuerde que la agresión trae consigo agresión, y para que haya discusión es necesario dos. No hagamos comparaciones, recordemos que somos únicos.
   
-"Buscar tiempo para uno mismo"

El alejarnos por un poco de tiempo de la rutina diaria, de nuestros deberes y familia, nos permite una retroalimentación emocional y espiritual que nos beneficiará a nosotros y a los otros.
Este tiempo nos permitirá valorar a los demás y que nos valoren, además de propiciar nuestra sana individualidad. 
Conozco mujeres que no quieren ausentarse de su hogar porque consideran que son imprescindibles y les molesta y afecta el no serlo. Este sentimiento tiene relación con la autoestima, la necesidad de ser reconocido y valorado por los otros.

-Metas comunes y compartir tiempo juntos

Es necesario respetar la libertad de acción de nuestra pareja, debemos compartir gustos, intereses y pasatiempos. No perdamos la oportunidad de acompañar a nuestra pareja aún cuando la situación no sea de nuestro total agrado, esto favorecerá la confianza y compañerismo. Debemos comprender los deseos y sentimientos del otro.
Busquemos tiempo para hacer cosas juntos. Incluyamos a nuestros hijos en nuestra actividad y tiempo. Compartamos los problemas y la felicidad.

Aunque cada uno tiene actividades que le absorben, debemos planificar de tal modo nuestro tiempo, que podamos dedicarnos a la familia.

-La comunicación es vital

Las parejas tienen un promedio de 17 minutos de conversación por semana. ¡La semana tiene 10.080 minutos!
La comunicación implica el diálogo, pero más allá de este, es llegar a captar en la pareja, lo que ésta desea, le molesta o preocupa con tan solo mirarla.
Todos deseamos ser escuchados, pero no estamos dispuestos a escuchar. Es importante interesarnos en lo que nuestra pareja quiere comunicarnos, aún cuando lo consideremos sin importancia o nuestro ánimo no esté dispuesto.
Si no existe diálogo, debemos propiciarlo, buscando puntos de interés mutuo. La comunicación es fundamental para la comprensión y para alimentar el amor. Las experiencias vividas en el trabajo, las diarias vivencias con los hijos, nuestras alegrías y preocupaciones, nuestras ideas o desilusiones vividas fuera del hogar, pueden ser temas de conversación.
 Hay que llenar nuestra casa de risas, amor, entusiasmo y sana alegría.

-Relaciones sexuales

Dios creó el sexo para ser disfrutado dentro del matrimonio por los dos que conforman la pareja. (I Corintios 7:3-5).
La comunicación verbal franca y abierta permite que las relaciones sexuales se enriquezcan y de esta forma los dos encuentren placer, no obligación o carga.

-Unidos en la adversidad

La pareja sólida, se une para hacer frente a los desafíos de una crisis, pues hay un compromiso mutuo. Es necesario desarrollar esa capacidad de hacer frente a la adversidad. ¿Pero cómo? Dios desea tendernos sus manos de amor en medio de la tormenta más violenta.
Si hay problemas: no busquemos culpables, sino soluciones. No cuesta nada decir: "lo lamento" o "te perdono". La pareja no debe acostarse nunca enojada. Apliquemos el consejo divino: "No se ponga el sol sobre vuestro enojo" Efesios 4:26.

- Estructura moral

Se ha comprobado que esto es un denominador común en las familias estables. En el cultivo de las virtudes cristianas hay bendición.
La estructura moral incluye: Integridad, honradez, lealtad, responsabilidad, virtud moral y los principios de la utilidad y del amor. Los principios de los 10 mandamientos debieran estar en cada corazón, pues traen bendición. La Biblia dice: "¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre" Deuteronomio 4:29.
Si permitimos que Dios sea el centro de nuestras vidas entonces el constituirá el centro de nuestro hogar.
La mayoría de las personas creemos que la fe religiosa es una ayuda para el hogar. Pero es lamentable comprobar que el materialismo está desplazando las cosas del espíritu y destruyendo la fe.
El diálogo sobre cosas profundas, une a la pareja de forma poderosa. Dios desea bendecir a quienes le buscan y le aman. Solamente Él puede cambiar nuestro carácter, darnos fortaleza en las horas difíciles y mostrarnos el camino.
No descuides tu vida devocional y espiritual. Deja que Dios guíe tu vida y tu hogar. El nos aconseja, nos orienta, ilumina la senda de nuestra vida y nos llena de esperanza.
Si eres infeliz en tu vida conyugal, busca a Dios, pues nadie mejor que Él para cambiar el rumbo de nuestra vida.
Si eres feliz, dale gracias. Pero haz tu parte, practicando los principios del amor.
"El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser".

"Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor" 1ª Corintios 13:4-8 p.p., 13.


Vídeo:


https://www.youtube.com/watch?v=3MmZ1BiX-8E

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