
Tras los resultados de las pasadas elecciones generales 2019, el PP ha pasado de ganar los pasados comicios de hace cuatro años a perderlos, de tener mayoría absoluta en el Congreso y el Senado, a perder ambas, de contar con más de 10 millones de votantes, a poco más de 4 millones, hoy.
Es una agonía que veníamos padeciendo en los últimos años provocada por sus numerosas adicciones y cuyo desenlace es una segura muerte por sobredosis.
Sobredosis de soberbia, orgullo y ambición por conseguir más apoyos, al escorarse a la izquierda y menospreciar los que ya tenía.

Sobredosis de actitud "buenista y relativista", que ha motivado hacer continuos y estériles "guiños" a personas que jamás le darían su apoyo.




Sobredosis de contradicción al hablar en favor de la vida de los desprotegidos y al mismo tiempo, decir que mantendría la actual ley del aborto, de hablar de la defensa de los valores de la patria y permitir el constante ataque de los separatistas y enemigos de España, de criticar los lobbys de género y seguir permitiendo su financiación electoralista.
La soberbia e inacción del PP, junto a su vanidosa presunción de un "voto útil", sus complejos y contradicciones, su actitud buenista y relativista, su corrección y corrupción políticas, su cobardía e incoherencia, su permisividad e incapacidad para gobernar España, intentando agradar a gente dispar y difícilmente reconciliable, les ha llevado a la muerte política. Porque la gente no es tonta...ni eternamente paciente...
Hoy, casi 6 millones de votantes han (hemos) abandonado el PP. Y en mi caso, para no volver.
Pablo Casado ha tratado de frenar esa hemorragia con tiritas, de atajar ese infarto con caricias en la cara, de contrarrestar esa sobredosis con palabras de amor, ha tratado de nadar y guardar la ropa, de reaccionar porque en un mes, los españoles les responderán en unas nuevas elecciones. Esta vez, europeas, municipales y autonómicas.
Pero, vuestra soberbia continúa e, incluso seguís viviendo a espaldas del pueblo y, en ocasiones, al margen de la ley.

No, Casado. No Partido Popular. No, derechita cobarde...Habéis perdido definitivamente vuestros brazos y vuestras piernas. Y dentro de poco, hasta la cabeza...
Y encima tenéis la desfachatez y el descaro de seguir mirándoos el ombligo y decir que la culpa de la desintegración de la derecha es nuestra, de los 6 millones de personas a las que habéis decepcionado y abandonado!!!!
Menos soberbia, más humildad y auto crítica no os vendría mal. Seis millones de españoles, que hacen lo mismo al mismo tiempo, no pueden estar equivocados. Deben tener unas cuantas sólidas razones para hacerlo.
Seis millones de personas, que hacen lo que les dicta sus conciencias, no pueden ser culpables. Deben tener unos cuantos principios y valores para hacerlo.
Sólo hay un culpable, vosotros...el propio PP. Aunque os declaréis inocente, como siempre hacéis hasta que la evidencia o la justicia, os quita la razón y los argumentos.
En todo caso, la culpa no es, como decís, por causa de la desintegración de la derecha. La izquierda, la que ha ganado, está infinitamente más dividida que la derecha: PSOE, Unidas podemos, Bildu, Compromís, Avanza, ERC, En comú podem, Pacma, PCPE, CUP, y un montón de siglas más.

No nos señaléis con el dedo... No nos culpéis de lo que habéis provocado con vuestra soberbia, inacción y cobardía. ¡No cuela! ¡No somos marionetas! ¡No estamos locos, sabemos lo que queremos!
Os habéis convertido en un partido "zombi" por la mordedura de la izquierda "chupa sangre", que os ha vaciado de principios, inculcado ideas "progres" y acomplejado con vuestras contradicciones.
Os habéis convertido en un partido anciano y enfermo. Vuestros votantes han pasado de tener una edad media de 57 años a una cercana los 62 años. Y eso os aboca a la jubilación.
Os habéis convertido en un "cuerpo de autopsia". Vuestra obsesión de lograr el voto dispar os ha dejado vacíos de ideología y de valores. Y eso os aboca a la desintegración.
Os habéis convertido en un partido "desahuciado". Teníais miles de cargos electos y unas cuentas saneadas. En un mes, la debacle electoral os va a suponer pérdidas millonarias, os van a echar de muchos de vuestros "sillones" y tanto "político profesional" vais a tener que dejar vuestros chiringuitos, y vais a tener ¡por fin!, que poneros a trabajar de verdad en la calle, como todos nosotros. Y eso os aboca a la desaparición.
Os quedan días, semanas, o unos pocos meses. Ya es tarde para refundaciones y jugarretas dialécticas varias. Asumidlo, si es que vuestra soberbia os lo permite. Ya es tarde para tratar de "convencernos" de una cosa y de la contraria. Ya es tarde para apelar a España con nuestro voto. No representáis a casi nadie. Y eso os aboca a la muerte.
Quizás pensáis que vuestra educación en colegios privados, vuestra vida en barrios acomodados y vuestra vestimenta con trajes ajustados y corbatas de Hermés os convierte en partido de derechas. ¡Pero no!
Puede que alguno de vosotros, con vuestra postura blandita y de rendición ante la dictadura progre", pretenda convertirse en partido de izquierdas. ¡Pero no!
Queréis ser un partido de centro. ¿Qué significa el centro? ¿El "sí pero no"? ¿El "a lo mejor"? ¿El "alguien va a matar a alguien"?
Izáis la bandera de neutralidad con toda naturalidad, con toda impunidad como si fueráis inocentes de las posiciones encontradas. Por desgracia, en España, no se puede ser neutral. Ni siquiera después de 80 años del fin de la guerra fracticida porque el pensamiento único se empeña en resucitar a Franco y la acompejada y cobarde derechita mira para otro lado y "silba".

Hoy no se puede ser neutral. Hay una guerra declarada: a favor de España o en contra de España.
¡TOMA PARTIDO!