Queridos amigos,
Celebrar un
aniversario de boda es signo de ilusión, es querer ir más lejos en el amor.
25 años, son pocos años, pero es un
recorrido que merece la pena conmemorar para que el amor dure toda la vida. Algunos aspectos que deben
mantenerse en la vida de un buen matrimonio:
1.- Cultivar el
diálogo
2.- Respetar siempre el
punto de vista del otro
3.- Estar dispuestos a
servir
4.- Tener paciencia
con los defectos de los demás
5.- Saber perdonar y
pedir perdón
6.- Superar con
inteligencia y humildad los posibles
conflictos
7.- Acordar las
orientaciones educativas de los hijos
Estos elementos son
suficientes para alimentar y orientar la vida matrimonial.
Sabéis que no os
habéis casado con el ser perfecto y seguro que en algunas ocasiones habéis
experimentado cansancio, rutina, incluso involuntarias ofensas o heridas: la rutina
es mala consejera en las relaciones de las personas. Por eso es bueno detenerse un momento y pasar vuestra propia
ITV matrimonial haciéndose las siguientes preguntas:
- ¿Qué es lo que me saca de quicio o me pone nerviosa de mi marido y qué me
irrita de mi mujer?
- ¿Conoces las limitaciones de tu pareja?, seguro que lo tienes muy claro
pero, ¿conoces las tuyas?, ¿tus defectos personales, tus errores?
- ¿Eres consciente de que tú también puedes herir?
- ¿Qué te hace daño de mí?, ¿Qué estoy haciendo mal?, ¿qué es lo que no
estoy haciendo?
Todos podemos tener fallos, pero también podemos decirnos cosas positivas:
Todos podemos tener fallos, pero también podemos decirnos cosas positivas:
- ¿Qué cosas positivas veo en ti?
- ¿Qué es lo que más valoro de ti?
Esta revisión hecha
con cariño os hará capaces de llevar a buen término vuestro proyecto
matrimonial.
“Felicidad no es
facilidad”. Felicidad no es que todo me salga bien; no es tener un cónyuge galante, perfecto y siempre cariñoso, tierno y paciente. Debemos examinarnos y
preguntarnos si el amor que sentimos por nuestro esposo/esposa sigue siendo el
mismo amor que le prometimos. El matrimonio no es un camino de rosas y, aunque
fuera de rosas, éstas tienen espinas. Cuesta muchas veces el sacrificio
personal, por ejemplo el no aceptar que el otro se puede equivocar y perdonar.
No os desaniméis ante las limitaciones y las carencias personales que podrían
apagar la primera ilusión. Sobre todo intentad visualizar vuestro futuro con
vuestros hijos y hacer una familia feliz donde crezca el amor. Os confieso que
el barómetro para medir la propia felicidad es la alegría de nuestros hijos.
Que este aniversario
sea una fuente de gracia para reavivar el primer amor, para hacer nuevas las
cosas en nuestra vida matrimonial, para mejorar la ilusión de seguir casados cada
día. Se trata de trabajar e intentar vivirlo de esa manera. Queridos amigos,
ningún camino es fácil, pero con Dios todo camino es más fácil y se afrontan con
serenidad, los fracasos y las desilusiones. Que ninguna adversidad os paralice.
¿Cómo se puede establecer o mejorar
la comunicación de forma madura en momentos/situaciones de dificultad en la
pareja?
Muchas parejas pasan por
momentos difíciles que pueden acabar rompiendo la relación de pareja. Los motivos que llevan a una pareja
al conflicto son muy diversos y complejos. En ocasiones existe un claro
detonante, como una infidelidad o celos, o agresividad, y en otras se trata de un deterioro en la relación o
de
falta de comunicación efectiva, que no consiguen entender los propios
miembros de la pareja.
Es preciso meditar
sobre las causas que han llevado a la pareja a la situación actual, detectar
los patrones destructivos que se han establecido dentro de la pareja y proponer
pautas, ejercicios y negociaciones para llegar a una solución de los
problemas estable y romper las barreras que bloquean la relación.
Las parejas tienden a subestimar la
gravedad de sus problemas. Pensar que la pareja no funciona es algo tan difícil
de asumir que preferimos ignorarlo. Solemos engañarnos atribuyendo las
dificultades de pareja a cambios propios de las etapas por las que pasan las
parejas a lo largo del tiempo. Si no somos capaces de atajar el problema
mediante la comunicación, sería necesario buscar un mediador (terapeuta,
psicólogo, etc.).
No hay que esperar a que los hijos perciban las dificultades o a
perderse el respeto mutuamente.
¿Buscar ayuda para un problema de
pareja significa que la relación está terminada?
Es mejor buscar ayuda al inicio de
la problemática que esperar a que las dificultades sean demasiado graves. El
resultado de una terapia de pareja depende de muchos factores pero hay dos
aspectos muy importantes a tener en cuenta: lo motivados que están los miembros
de la pareja para trabajar en el problema y lo importante que es para ambos la
propia relación.
¿Existe un único culpable en los problemas de pareja?
Una sola persona no es totalmente
responsable de los problemas en una relación. Los problemas de pareja son
relacionales y se llegan a ellos por los patrones conductuales adquiridos en la
relación. Tú puedes sentirte culpable en algún momento, sin embargo, esto es
normal y posiblemente tu pareja piensa lo mismo, en otros momentos. Este tipo
de experiencias pueden ser parte del proceso y deben ser discutidas.
¿Qué pasos debemos seguir?
Debemos elaborar un análisis de la relación para llegar a un diagnóstico preciso. Hemos de tener tres objetivos muy claros. Obtener un diagnóstico preciso es el primer objetivo. En segundo lugar, hemos de conseguir explicar las causas y el proceso que les ha llevado a la situación actual. Trazar los nudos del problema de pareja. Por último elaboraremos un plan de acciones a seguir: ejercicios, pautas, negociaciones o normas para realizar en casa para ambos miembros de la pareja o para uno de ellos. Tenemos que devolver a la pareja un estado de tranquilidad, comunicación, confianza, armonía y bienestar en los diferentes ámbitos de la pareja.
Debemos elaborar un análisis de la relación para llegar a un diagnóstico preciso. Hemos de tener tres objetivos muy claros. Obtener un diagnóstico preciso es el primer objetivo. En segundo lugar, hemos de conseguir explicar las causas y el proceso que les ha llevado a la situación actual. Trazar los nudos del problema de pareja. Por último elaboraremos un plan de acciones a seguir: ejercicios, pautas, negociaciones o normas para realizar en casa para ambos miembros de la pareja o para uno de ellos. Tenemos que devolver a la pareja un estado de tranquilidad, comunicación, confianza, armonía y bienestar en los diferentes ámbitos de la pareja.
Primero ser conscientes de las necesidades propias, las
del cónyuge y las de la relación, para de este
modo salvar los obstáculos que se les presentan.
-Alimentar constantemente la relación.
- Respetar la individualidad del otro, su ser, su personalidad, su
desarrollo en el mundo.
- Respetar la libertad del otro.
- Reiterar día a día el compromiso que tienen uno con el otro.
- Ser, uno para el otro, nuestros mejores amigos.
- Tener un intercambio flexible de posiciones de poder. Según las
situaciones y de acuerdo con las capacidades de cada quien, a veces uno y a
veces, el otro ejerce el liderazgo.
- Aun con el paso de los años, mantener la atracción física.
-La relación sexual es libre, espontánea y satisfactoria.
-Tocarse, abrazarse, besarse, acariciarse.
-Tener sentido del humor, especialmente cuando se trata de enfrentar las
diferencias.
-Tener gestos y detalles: como llamarse al trabajo, comprarse flores o
pequeños obsequios, decirse “te quiero”, halagarse mutuamente, planear
encuentros juntos, momentos especiales
-Expresar lo que sentimos o necesitamos de forma positiva, no quejándose, y que nuestros sentimientos sean validados por
el otro.
Es una idea simple, pero aún así, profundamente importante. Y no sólo es un
consejo para el matrimonio. Es toda una filosofía de vida.
Quejarse es claramente una postura negativa. La expresión de un deseo o un
anhelo, es una postura positiva.
Tiene mucho mejores resultados, no sólo porque efectivamente conseguimos
satisfacer nuestras necesidades, sino porque nos volvemos gente más agradable
en el proceso, lo que obviamente mejora nuestros matrimonios, nuestras
amistades y nuestras relaciones laborales…
En vez del quejido, que ya nos resulta demasiado familiar, necesitamos
representar nuestros deseos de forma alentadora y agradable.
En vez de decir “¡Ya nunca
salimos!”, podríamos intentar un “En realidad disfrutaría ir al cine
esta noche”. En vez de mañosear que “estoy harta de cocinar”,
podríamos probar con “sería una verdadera maravilla si salimos a comer esta
noche”. Y en vez de gritar “¡No soy tu sirvienta!”, podría ser más
agradable, por no mencionar más efectivo, decir “Me siento sobrepasada; ¿es
posible incorporar al presupuesto una ayuda para la limpieza?”.
Esta técnica también es preferible a la de no decir nada en lo absoluto,
mientras dejas que aumenten el resentimiento y la frustración, hasta que
estalle una pelea realmente grande. Y si expresamos nuestras necesidades de
modo positivo, aquellos en nuestro entorno aprenderán de nuestro ejemplo.
Nuestros empleados, nuestros colegas, nuestros hijos, y nuestros esposos
también detendrán sus quejidos, convirtiéndolos en una declaración positiva.
La Ley fundamental de la Felicidad
Haz feliz a tu cónyuge. Busca el momento apropiado
para conversar y trata de identificar las cosas que no gustan del otro, no las
que nos disgustan. No pienses en tu felicidad, sino en la del otro. No trates
de cambiar a tu pareja, cambia tú mismo, y... ¡Verás los resultados!
Secretos para una pareja feliz
-Aceptación y compromiso mutuos
Es un engaño pensar que nosotros, el matrimonio o los hijos cambiará a nuestra
pareja, ya que esto crea expectativas falsas y obtenemos como resultado
frustración y desengaño. Te casaste con un HOMBRE/MUJER y no con un
"DIOS", que sus imperfecciones no te sorprendan.
Aceptemos que nuestra pareja, al igual que nosotros, tiene errores.
El mayor problema hoy en día en las parejas es el orgullo, el querer tener la
razón y esperar que el otro sea el que siempre ceda. Valoraremos la pareja como unidad, por encima de las necesidades y deseos
individuales. Antes de crear a la mujer, Dios dijo: "No es bueno que el
hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él" (Génesis 2:18).
Veamos lo positivo y las virtudes de nuestro
cónyuge, y no solamente lo negativo.
El consejo de Dios es: "Casadas, estad
sujetas a vuestros maridos, como conviene en el señor. Maridos, amad a vuestras
mujeres, y no seáis ásperos con ellas” Colosenses 3:18-19.
-La importancia de los detalles
El poner mayor atención a los defectos de nuestra pareja, empaña aquellas
características positivas que posee, ocasionando muchas veces que estas
desaparezcan.
Elogiemos a nuestra pareja cuando
sabemos que hay algo que solo él/ella puede hacerlo bien: un plato especial, la
limpieza de la casa, administración del dinero, ideas sabias, etc.
Fomentar un ambiente alegre.
Dar y recibir pequeñas expresiones de cariño.
Evitar las palabras ásperas y ofensivas.
- Evitar luchas innecesarias
Las riñas y sermoneo hace que la pareja se ubique en el rol de hijos y no como
esposos, lo cual lleva a revivir experiencias pasadas agravando la situación.
(Proverbios 21:9,19-20).
Recuerde que la agresión trae consigo agresión, y para que haya discusión
es necesario dos. No hagamos comparaciones, recordemos que somos únicos.
-"Buscar tiempo para uno mismo"
El alejarnos por un poco de tiempo de la rutina diaria, de nuestros deberes y
familia, nos permite una retroalimentación emocional y espiritual que nos
beneficiará a nosotros y a los otros.
Este tiempo nos permitirá valorar a los demás y que nos valoren, además de
propiciar nuestra sana individualidad.
Conozco mujeres que no quieren ausentarse de su hogar porque consideran que son
imprescindibles y les molesta y afecta el no serlo. Este sentimiento tiene
relación con la autoestima, la necesidad de ser reconocido y valorado por los
otros.
-Metas comunes y compartir tiempo juntos
Es necesario respetar la libertad
de acción de nuestra pareja, debemos compartir gustos, intereses y pasatiempos.
No perdamos la oportunidad de acompañar a nuestra pareja aún cuando la
situación no sea de nuestro total agrado, esto favorecerá la confianza y
compañerismo. Debemos comprender los deseos y sentimientos del otro.
Busquemos tiempo para hacer cosas juntos.
Incluyamos a nuestros hijos en nuestra actividad y tiempo. Compartamos los
problemas y la felicidad.
Aunque cada uno tiene actividades que le absorben,
debemos planificar de tal modo nuestro tiempo, que podamos dedicarnos a la
familia.
-La comunicación es vital
Las parejas tienen un promedio de 17 minutos de conversación por semana.
¡La semana tiene 10.080 minutos!
La comunicación implica el diálogo, pero más allá de este, es llegar a
captar en la pareja, lo que ésta desea, le molesta o preocupa con tan solo
mirarla.
Todos deseamos ser escuchados, pero no estamos dispuestos a escuchar. Es
importante interesarnos en lo que nuestra pareja quiere comunicarnos, aún
cuando lo consideremos sin importancia o nuestro ánimo no esté dispuesto.
Si no existe diálogo, debemos propiciarlo, buscando puntos de interés mutuo. La comunicación es fundamental para la comprensión y para alimentar el
amor. Las experiencias vividas en el trabajo, las diarias vivencias con los
hijos, nuestras alegrías y preocupaciones, nuestras ideas o desilusiones
vividas fuera del hogar, pueden ser temas de conversación.
Hay que
llenar nuestra casa de risas, amor, entusiasmo y sana alegría.
-Relaciones sexuales
Dios creó el sexo para ser disfrutado dentro del matrimonio por los dos que
conforman la pareja. (I Corintios 7:3-5).
La comunicación verbal franca y abierta permite que las relaciones sexuales
se enriquezcan y de esta forma los dos encuentren placer, no obligación o
carga.
-Unidos en la adversidad
La pareja
sólida, se une para hacer frente a los desafíos de una crisis, pues hay un
compromiso mutuo. Es necesario desarrollar esa capacidad de hacer frente a la
adversidad. ¿Pero cómo? Dios desea tendernos sus manos de amor en medio de la
tormenta más violenta.
Si hay problemas: no busquemos culpables, sino
soluciones. No cuesta nada decir: "lo lamento" o "te
perdono". La pareja no debe acostarse nunca enojada. Apliquemos el consejo
divino: "No se ponga el sol sobre vuestro enojo" Efesios 4:26.
- Estructura moral
Se ha comprobado que esto es un denominador común
en las familias estables. En el cultivo de las virtudes cristianas hay
bendición.
La estructura moral incluye: Integridad, honradez, lealtad,
responsabilidad, virtud moral y los principios de la utilidad y del amor. Los
principios de los 10 mandamientos debieran estar en cada corazón, pues traen
bendición. La Biblia dice: "¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me
temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y
a sus hijos les fuese bien para siempre" Deuteronomio 4:29.
Si permitimos que Dios sea el centro de nuestras vidas entonces el
constituirá el centro de nuestro hogar.
La mayoría de las personas creemos que la fe religiosa es una ayuda para el
hogar. Pero es lamentable comprobar que el materialismo está desplazando las
cosas del espíritu y destruyendo la fe.
El diálogo sobre cosas profundas, une a la pareja de
forma poderosa. Dios desea bendecir a quienes le buscan y le aman. Solamente Él
puede cambiar nuestro carácter, darnos fortaleza en las horas difíciles y mostrarnos
el camino.
No descuides tu vida devocional y espiritual. Deja
que Dios guíe tu vida y tu hogar. El nos aconseja, nos orienta, ilumina la
senda de nuestra vida y nos llena de esperanza.
Si eres infeliz en tu vida conyugal, busca a Dios,
pues nadie mejor que Él para cambiar el rumbo de nuestra vida.
Si eres feliz, dale gracias. Pero haz tu parte,
practicando los principios del amor.
"El amor es sufrido, es benigno; el amor no
tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada
indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la
injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo
espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser".
"Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el
amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor" 1ª Corintios 13:4-8
p.p., 13.
Vídeo:
https://www.youtube.com/watch?v=3MmZ1BiX-8E
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