domingo, 2 de agosto de 2015

DIARIO DE UN EX FUMADOR: UN TOUR EN AGOSTO



El título ya es indicativo de mi firme decisión de abandonar definitivamente el estúpido hábito del tabaco, durante mis vacaciones en agosto. 

Lo cierto es que, con anterioridad, ya había intentado fijar la fecha para terminar con el vicio en numerosas ocasiones, aunque con escaso éxito: pensé dejarlo en cada uno de mis el nacimiento de cada uno de mis tres hijos, fijé como fecha de inicio innumerables “unos” de enero, lo dejé medio día después de algún fin de semana de “fiesta prolongada”, lo dejé una semana tras mi aniversario de boda de plata, etc. 

Pero no ha sido sino tras el serio aviso, en forma de susto del mes pasado en Astorga, cuando decidí de manera individual y meditada (obligado por mi mujer y mis amigos) visitar a mi médico, a quien no veía desde hacía años y por cierto, quien ni siquiera “me reconoció” (ni a mí, ni a mi cuerpo).

Me sometí voluntariamente (sí o sí, otra vez gracias a la insistencia de mi mujer y de mis amigos) a las pruebas de acceso a mi ITV: el electrocardiograma: bien, el corazón es sano y grande; la analítica: bien, la sangre aunque roja, noble y con abolengo; el colesterol: alto, como siempre (qué coñazo). 

Tras felicitarme por mi portento genético y reprocharme mi escasa fuerza de voluntad, el doctor en medicina me explicó el riesgo exponencial que supone mi terrible manía de cumplir años unida a mi absurdo vicio de inhalar humo. En definitiva, nada nuevo; todo sabido y reconocido aunque no asumido.

Entonces comprendí que era el momento de establecer un punto de inflexión, comprometiéndome con él a vernos después del verano, con la promesa de haber dejado el tabaco, a la vuelta de las vacaciones.

Y así llegamos a la fecha marcada como el inicio del suplicio y el fin del absurdo: el uno de agosto. Nunca lo había intentado antes en verano, que por otro lado, es cuando menos estrés y preocupaciones tenemos. Comienza nuestro “tour”, el de mi mujer y el mío.

DÍA 1: ETAPA CONTRARRELOJ POR EQUIPOS

Habitualmente, asociamos muchas de nuestras actitudes a muchas de nuestras rutinas diarias. Mezclamos vicios metódicos y procederes mecánicos a situaciones concretas y momentos específicos del día: al café matutino, a la partida de mus vespertina, a las copas nocturnas o incluso al sexo. He aquí una de las principales excusas para dejarse vencer a la tentación y encender un cigarrillo. Absurdo pero cierto.

Por eso he titulado la primera etapa de mi tour: contrarreloj por equipos.

Mariajo, mi mujer, más acostumbrada a la fuerza de voluntad, a la velocidad y a las contrarreloj, ha pasado la prueba con nota. 

Yo, más entrenado para las escapadas, los “cortes del pelotón” y los “abanicos”, he tenido alguna “pájara”, sobre todo durante la partida diaria de mus, en la cual nadie fumaba, gracias a Dios. De no ser así, quizás hubiera caído.

Felizmente, puedo decir: “Primer día, prueba superada: HOY NO HEMOS FUMADO.”

Continuará……




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