El protocolo, con sus normas, proporciona el correcto, lógico, sensato y ordenado desarrollo de un evento. Y una boda debe ser una fiesta bien organizada y no descontrolada, lo que no significa que deba ser rígida, seria y tradicional. Asistir como invitados con orden, pero también con cariño, sentido común, respeto y buen gusto.
Mucha gente confunde los detalles de mal gusto y actos soeces como tradiciones y efectos simpáticos que deben cumplirse en una boda de forma obligada. Éstos, lejos de sumar en la boda, la arruinan y la convierten en un acto grotesco y con poco estilo.
Lo que no se debe hacer en absoluto
Ante todo, algo imperdonable es ser impuntual, derecho que está reservado sólo a la novia. Es de pésima educación y una gran falta de respeto llegar a la iglesia con la ceremonia empezada; es aconsejable quedarse fuera del recinto o en todo caso, entrar con sigilo y colocarse en las últimas filas.
Otra mala conducta pero muy común (sobre todo, al salir de la iglesia o en el cocktail ) es tratar de monopolizar a los novios que, por supuesto, se deben a TODOS los invitados. Es preciso esperar un orden lógico de educación para saludarlos, besarlos y felicitarlos, sobre todo si no somos familiares o allegados a ellos.
Regalar algo que está fuera de la lista de bodas. Desviarse de la lista siempre es un tema de poco tacto porque, aunque pensemos que un regalo fuera de la lista es más personal o incluso mejor, los novios sólo quieren las cosas que están en su lista, que son las que eligieron. Si queremos salirnos de la lista, siempre será más correcto entregar dinero en efectivo que un regalo alternativo.
Incluso si pretendemos ser originales y darle pragmatismo a la entrega de dinero podemos adjuntar una nota que diga: “aquí tenéis unos euros para un paseo en catamarán por Formentera, cerca de vuestra luna de miel en Ibiza", o "este dinero es para ayudaros con vuestra nueva hipoteca". Con ello, le daremos un propósito simpático al dinero.
Incluso si pretendemos ser originales y darle pragmatismo a la entrega de dinero podemos adjuntar una nota que diga: “aquí tenéis unos euros para un paseo en catamarán por Formentera, cerca de vuestra luna de miel en Ibiza", o "este dinero es para ayudaros con vuestra nueva hipoteca". Con ello, le daremos un propósito simpático al dinero.
En cuanto al vestir, todo el mundo sabe que la novia es la protagonista y nada ni nadie le debe hacer sombra, por lo que ninguna invitada puede vestir de blanco o de negro (si la boda es matinal) ni lucir demasiado escote y por supuesto, ir sin medias.
Sea como sea la boda, es incorrecto e irrespetuoso con los novios, vestir de forma provocativa, con trasparencias, estrafalaria o indecorosa.
Las pamelas y los tocados son atuendos para el sol, es decir, de día y siempre se deben llevar puestos. Como por la noche no hace sol, usarlos despues de la 6 p.m. es un gran error de protocolo.
- Si la boda se celebra por la mañana (antes de las 6 p.m.) lo adecuado es vestir de corto (por debajo de las rodillas) sin brillos, ni pedrería ni lentejuelas ni excesivos adornos.
- Si la boda es vespertina (después de las 6 p.m.) las invitadas pueden ir de largo y se admiten los brillos.
Como norma general, debemos saber que del día a la noche, los sombreros y los tocados, se reducen; las faldas se alargan; el maquillaje se hace más intenso; el pelo se recoge; los bolsos se hacen más pequeños; los complementos se utilizan en menor cantidad pero de mayor calidad y los tacones se alargan.
Llevar niños a una boda si no están invitados también es de poca educación protocolaria. Si los novios quieren niños, les invitarán y se encargaran de colocarlos en una mesa de menores, con un menú apropiado e incluso de entretenerles con un profesional de animación. Si no es así, deberemos preocuparnos de dejarlos en casa.
Criticar algún aspecto de la boda (ceremonia, vestido de la novia, comida, etc.). Los novios la han organizado con la mejor intención y se les debe respeto, aunque haya cosas que no sean de tu gusto.
Ir sin corbata o sin calcetines a una boda, de sport (con polo o jeans) o quitarse la chaqueta y quedarse en mangas de camisa.
Cortar la corbata del novio o la liga a la novia (o cosas peores) para subastarla o venderla entre los invitados, poniendo en un compromiso a muchos de ellos, que previamente ya han realizado su regalo.
Vestir chaqué o esmoquin alquilado es, como ya hemos dicho hasta la saciedad, signo de "quiero y no puedo". Es mucho más apropiado ir con un traje propio, aunque sea de calle, y no por ello es "menos boda".
Tirar petardos a la salida de la iglesia o aplaudir en la iglesia como si fuese un espectáculo.
Dar sobres con dinero en el banquete no se debería hacer "NUNCA". El regalo hay que darlo "antes o después", no en la misma boda.
Siempre de acuerdo a nuestras posibilidades y a los deseos de los novios cuando facilitan una lista de bodas o un número de cuenta. Esto último no es elegante ni protocolariamente correcto, pero resulta práctico".
Siempre de acuerdo a nuestras posibilidades y a los deseos de los novios cuando facilitan una lista de bodas o un número de cuenta. Esto último no es elegante ni protocolariamente correcto, pero resulta práctico".
Usar el móvil y tenerlo a la vista, encima de la mesa demuestra una total falta de respeto y educación hacia los novios y hacia el resto de invitados. Su uso, exclusivo para emergencias y guardado.
¿Qué hacer entre plato y plato? ¿Saludamos a los novios, nos vamos a charlar con los de otra mesa, bebemos, cantamos, nos damos una vuelta para ver el local? Levantarse de la mesa es incorrecto, retrasa los tiempos del banquete y perjudica a todos los invitados, por ello, no se debe hacer. Lo correcto es hablar con las personas de la mesa, que para eso nos han colocado juntos.
Una boda es un evento social que requiere una vestimenta determinada, un comportamiento correcto y unas reglas de sentido común y buen gusto que la dotan de un correcto funcionamiento así como de un inolvidable y divertido momento.
Artículo escrito por Alberto Mestre en el blog:" Trajes de Novio CMoyano".
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