martes, 27 de octubre de 2015

BASTA YA DE “ROJOS” Y “AZULES”

 


"Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".

Albert Einstein


Durante casi cuarenta años, desde que se instauró la democracia, en España hemos tenido una alternancia de gobiernos de “rojos” y “azules” y sin darnos cuenta, hemos estado manteniendo una conciencia de ruptura patriótica, heredada de la maldita Guerra Civil Española, es decir, una España partida en dos, una España “no reconciliada”, una España sin un futuro de unidad.


Y es hora de cambiar España; pero ¿cómo? Dejando de hacer siempre lo mismo. Para cambiar esta España desunida es necesario enterrar de una vez por todas la "dicotomía de rojos y azules", las alusiones a la guerra civil, las acusaciones del “y tú, más”, las amenazas del miedo al enemigo…

Os animo a decir ¡Basta Ya! Basta ya porque nuestro país se merece unos políticos que, de una vez por todas, entierren el hacha de guerra (que tan buen resultado electoralista les ha dado a unos y a otros), dejen de torearnos como si de “miuras” se tratara y se dediquen a gobernar por la senda donde no existe el riesgo de hacer caer a España por el acantilado: el camino del centro.


Estimados azules del PP, estimados rojos del PSOE:

¡Ya no cuela! Queremos resultados distintos y por eso, no vamos a hacer lo de siempre… Esta vez ¡NO OS VAMOS A VOTAR!

Esta vez, haremos oídos sordos a vuestras amenazas apocalípticas, a las consignas de "nosotros o el caos" y vamos a dar la alternativa a otros, que tienen el mismo derecho a gobernar que vosotros, pero con una pequeña diferencia: ellos aún están por demostrar que son capaces, mientras que vosotros ya habéis demostrado que no.

Ya veremos…dijo un ciego… si son capaces o no. El hecho es que no queremos lo mismo de siempre. Si el cambio sirve para mejorar el país, perfecto, misión cumplida; y si no, será un toque de atención, una advertencia para vosotros y vuestra actitud en el futuro.
Y os pedimos por favor que no insistáis con vuestras viejas tácticas del miedo: ¡Cuidado, que vienen los rojos! o ¡Cuidado, que vienen los azules! Ni tampoco con las nuevas: ¡Cuidado, que vienen los inexpertos! o ¡Cuidado, que vienen los populistas! Ya somos mayorcitos, aunque sigáis pretendiendo que continuemos siendo bebes ideológicos.

¡Ya no cuela! Hemos madurado, os hemos dado muchas oportunidades y el resultado, al final, es siempre el mismo: sólo contáis con nosotros en campaña electoral, cuando nos necesitáis; el resto del tiempo, lo dedicáis a haceros una carrera para “no dar ni palo” y el mejor plan de jubilación posible, de tal manera, que es imposible que podáis entender cuáles son nuestros verdaderos problemas y qué es lo que nos preocupa. ¡Vivís otra realidad, que por supuesto, no es la nuestra!

Pero se acabó, ha llegado el día…¡Ya no cuela! porque no vamos a seguir consintiendo que seáis depositarios de nuestra ingenua confianza y de nuestra idioticia ciega. No hay excusas ni justificaciones ni marcha atrás: es el momento de que los ciudadanos hablemos. 

¡Ya no cuela! Estamos cansados de esa falacia de que no hay otra opción… ¿cómo qué no? Ya está bien de decir que fuera de los rojos o de los azules no hay posibilidad de crecimiento o gobernabilidad que augure éxito. Esta actitud nos ha mantenido en un letargo insano, en un estado de narcolepsia adquirida, de semi-vigilia de atontamiento, de anestesia generalizada que ha negado, de forma reiterada, la oportunidad a que otros puedan gobernar, a que otros lo hagan distinto; y todo por inculcarnos el miedo al futuro…y nos lo hemos creído, al seguir estancados en el pasado.

¡Ya no cuela! Basta ya de creernos cuentos de niños, basta ya de ser insensibles por acumulación infinita de casos de corrupción, basta ya de docilidad adquirida ante los flagrantes y escandalosos casos de incapacidad e ineptitud, basta ya de que hagáis por hacernos creer en vuestra falsa vocación de servicio público cuando vuestro foco está puesto exclusivamente en vuestro propio interés.

La cuestión no son los otros ni su inexperiencia ni sus programas; la cuestión ¡¡¡sois vosotros!!! ¿Es que acaso lo habéis hecho bien? ¿Estáis convencidos de que, hagáis lo que hagáis, no nos queda otra alternativa de voto? ¿Estáis tan convencidos de que vamos a permitir que sigáis otros cuarenta años en alternancia?

¡Va a ser que no!¡ Ya no cuela! ¡Basta ya! 
¡Miremos al futuro y enterremos de una vez el pasado!
¡Generación "ni ni", ni al PP ni al PSOE!

lunes, 26 de octubre de 2015

III. EL MODELO DE LIDERAZGO DEL REAL MADRID: UNIPERSONAL VS SOCIAL



"El verdadero liderazgo no se basa en controlar a otros, 
sino en controlarse uno mismo"



El 1 de Junio de 2009, durante su investidura como presidente del Real Madrid, Florentino Pérez dijo: "Queremos un Madrid líder en lo deportivo, en lo económico y en lo social".

Desde mi modesta opinión, de los tres ejes en los que basa su liderazgo, creo que lo ha conseguido en lo económico al 100%, en lo deportivo al 20% y en lo social, al 10%, aunque evidentemente son porcentajes subjetivos desde un punto de vista personal.

Durante las doce temporadas en las que D. Florentino Pérez ha presidido el Real Madrid, interrumpidas tras su dimisión, por un paréntesis de tres años, el club ha desembolsado 1.160 millones de euros en fichajes. 

El gasto en la compra de jugadores desde el 2009 ha sido de 608,8 millones de euros y el de la venta de 190,5 millones de euros, es decir, una diferencia negativa de más de 418 millones de euros, si bien es cierto que el Real Madrid es un club comprador y no vendedor.

Durante este periodo ha tenido cuatro entrenadores: Pellegrini, Mourinho, Ancelotti y Benítez y ha ganado 7 de los 36 grandes torneos que ha disputado; es decir, el 19,4%. Cada título le ha costado al club un gasto medio de 140 millones de euros.


En total, tres Ligas (2001, 2003 y 2012), dos Copas del Rey (2011 y 2014) y dos Champions League (2002 y 2014), una Copa Intercontinental (2002), un Mundial de Clubes (2014), dos Supercopas de Europa (2002 y 2014) y 3 Supercopas de España (2001, 2003 y 2012). 

Sin embargo, casi la mitad de las temporadas (cinco) se han cerrado en blanco y si analizamos los títulos cosechados en la última década, la diferencia con otros equipos es notoria y con el gran rival, sencillamente abismal.

Su labor como Presidente está amparada básicamente por su faceta empresarial y en una única obsesión: lo económico. 

Y no seré yo quien le niegue su mérito. Su gestión económica es excelente pero no así su gestión humana, que es, cuando menos, nula o inexistente.


Su labor al frente del club evidencia un deficiente liderazgo deportivo que:
  • no cuenta con una estrategia ni proyecto deportivo claro a medio plazo.
  • no cuenta con la figura imprescindible de un director deportivo (que sepa de fútbol).
  • no cuenta con un entrenador estable en el tiempo (9 en 12 temporadas).
  • no cuenta con la promoción de una cantera de confianza (que lo es).
  • no cuenta con un nutrido grupo de ex-jugadores (a quienes denigra u olvida). 
  • realiza fichajes desorbitados, caros y, en ocasiones, innecesarios.
  • realiza presentaciones vertiginosas (y se olvida de los homenajes). 
  • realiza indemnizaciones por despidos improcedentes y caprichosos.
Un  liderazgo autoritario y unilateral que:

  • sólo informa y cuando no hay otro remedio.
  • sólo decide y demanda a base de talonario.
  • no es consultivo ni participativo.
  • no es capaz de delegar ni trabajar en equipo.
  • no tiene credibilidad interna ni externa.
  • tiene como su palabra más importante: Yo.
  • tiene como su palabra menos importante: Nosotros.
  • tiene un organigrama centralizado, donde no se delegan funciones.
  • no es eficiente (logro de objetivos en menor tiempo y con menos recursos).
Un liderazgo unipersonal de poder que:
  • no ejerce influencia, sino que ordena para que se cumplan sus objetivos.
  • que no alberga intención de escuchar.
  • que no busca "feedback" con los socios, quienes se sienten "ninguneados".
  • que no aprende de errores pasados.
  • que rara vez explica las estrategias a seguir.
  • que no comparte información con los socios ni comunica la visión.
  • que no toma decisiones consensuadas.
  • que sólo consigue obediencia voluntaria pero no respeta al socio.
  • que no conoce a su masa social, ni busca su bienestar ni se preocupa por ella.



"Lo siento Sr. Presidente, pero algunos pensamos 

que en el mundo, no todo es el dinero".


Un madridista

sábado, 24 de octubre de 2015

II. EL MODELO SOCIAL Y EMPRESARIAL DEL REAL MADRID: EL CUIDADO DEL CLUB

 

Continuamos, con esta segunda entrega, el análisis de los modelos deportivo, social y empresarial de mi equipo del alma, el Real Madrid. Ahora le toca el turno a los modelos social y empresarial.

El modelo social actual del club tiene tres objetivos básicos: 
  • Gestión de la masa social, con la implantación de una política de transparencia informativa y de cuidadoso respeto a través de las redes sociales y las publicaciones que se publican y  de protección de los derechos de los socios a través de las asambleas de socios.
  • Política de imagen pública, que trata de transmitir una modelo amigable, solidario y comprometido a través de su Fundación.
  • Instauración de un modelo de comportamiento pacífico del espectador en el fútbol, erradicando actuaciones violentas y en consonancia con los estatutos del club. 
El modelo empresarial o de marketing tiene como objetivo único y prioritario:
  • Potenciar la explotación de su marca, transformando a sus aficionados en clientes de sus productos y servicios.
Ésta se lleva a cabo bajo una estrategia empresarial y comercial, donde cabe destacar los siguientes aspectos:
  • Firma de alianzas estratégicas con empresas líderes de diferentes sectores. 
  • Explotación de la marca en mercados emergentes del fútbol. 
  • Empleo de una estrategia multicanal y nuevas tecnologías. 
  • Explotación en el mercado publicitario de los derechos de imagen de los futbolistas. 
  • Programa de fidelización de aficionados a través del "Carnet Madridista". 
  • Programa de licencias y franquicias para la venta de productos con la marca Real Madrid.
Sin embargo, la estructura jurídica del Real Madrid es la que condiciona toda su acción gestora, por lo que no puede ni debe funcionar como una estructura empresarial ya que incurre en un grave error por las siguientes razones: 
  • El Real Madrid no es una Sociedad Anónima Deportiva (SAD), sino que es una sociedad deportiva, en la que los dueños son los ochenta mil socios, que deben tener poder decisorio sobre los aspectos más importantes del club y por supuesto, ser escuchados por la junta directiva que no debe suplantar la titularidad de propiedad de la "familia blanca".

  • El Real Madrid no es un consejo de accionistas de una compañía, donde el voto tiene validez en función del capital aportado, sino que cada socio es un voto, que manifiestan en los procesos electorales: voto directo en la elección presidencial e indirecto para designar compromisarios a la asamblea que anualmente aprueba presupuestos y cuentas de realización de ejercicios.  y sus decisiones no dependen de rentabilidades económicas sino de la calidad del juego y de los resultados deportivos.
  • El Real Madrid no es una empresa mercantil donde sólo cuentan los resultados económicos. Los socios no pueden ser considerados como "empleados", porque se mueven por emociones y sus manifestaciones externas difieren completamente de las de una empresa, donde es impensable oír a sus hablar apasionadamente de los éxitos o los fracasos de la cuenta de resultados, de  la actuación del gerente, de la apertura de nuevos mercados, de un récord en la productividad, de verles dándose un baño en la fuente de su ciudad por un objetivo cumplido ni tampoco promover la salida a la calle de los ciudadanos para recibir triunfalmente a sus directivos o a los trabajadores por un éxito empresarial. 
  • El Real Madrid no es una franquicia donde se vende todo el merchandising disponible. Los socios no pueden ser considerados como "clientes" porque son los auténticos dueños del club por mucho que se los intente ningunear o anestesiar. y como dijo un socio compromisario en la última Asamblea: "Forbes no nos lleva a Cibeles".
  • El Real Madrid no es una multinacional, en la cual nunca se encuentran presentes las afinidades sociales o los sentimientos geográficos. Los socios sienten el club como un asunto de identidad, representación y simbolismo de su barrio, de su pueblo, de su ciudad o de su país, independientemente de que los jugadores, entrenadores o directivos sean "globales" y procedan donde procedan.
  • El Real Madrid no es un negocio exclusivo ni un club privado  donde poder repartir los puestos directivos o las mejores butacas a los amigos o los palcos VIP a miembros en activo. Los socios tienen todos los mismos derechos, por lo que deben ser escuchados. Los jugadores o ex-jugadores de las distintas plantillas deben tener un lugar destacado en el club.
Conclusiones:

1. El modelo social del Real Madrid se gestiona más que como un club deportivo, como una empresa puesto que el poder de decisión sobre las principales cuestiones y aspectos más importantes del club está limitado a la junta directiva, pues en las asambleas de socios compromisarios, estos son escuchados pero no tenidos en consideración, puesto que sólo se aprueban los gastos y los presupuestos.

2. El modelo social del Real Madrid notifica, a través de sus periódicas publicaciones y de las redes sociales, todas las informaciones de índole general pero no así las que competen al  ámbito más reservado y de las decisiones en las áreas más importantes. El socio tiene acceso a la información importante una vez se ha producido ésta y la única función a la que queda relegado es animar al equipo y poco más.

3. El modelo social del Real Madrid dice velar por los derechos generales de los socios del club pero lo cierto es que, baste poner un ejemplo para darse cuenta de que no es verdad: un socio para acceder a ser presidente de su querido club debe cumplir unos requisitos que sólo están al alcance de muy pocos, o mejor dicho, de uno solo: mínimo 25 años de socio y depositar un aval del 5% del presupuesto del club. Don Santiago Bernabeu hoy no podría ser presidente del Real Madrid. 

La oficina de atención al socio no es capaz de tramitar la adjudicación de nuevos abonos o el cambio de emplazamiento de éstos, tareas imposibles para el socio anónimo y absolutamente discriminatorias e intolerables. No así para ciertos sectores afines a la junta directiva o a la presidencia.

4. El modelo social del Real Madrid gestiona la imagen externa del club tanto en el ámbito nacional como internacional a través de la Fundación y se financia a través de las aportaciones de los socios de ésta, lo cual indefectiblemente crea lobbies de influencia, concentraciones de poder y situaciones de "amiguismo". 

Los socios anónimos de la Fundación apenas tienen beneficios de pertenecer a ella y muchos ex-jugadores se sienten olvidados y apartados como integrantes de esa imagen del club forjada a lo largo de  más de ciento trece años de historia.

5. El modelo social del Real Madrid dice haber implantado un modelo de comportamiento pacífico en el estadio pero lo cierto es que ha sustituido unos grupos por otros más afines a las directrices de gobierno, concediendo varios miles de entradas a personas que, incluso, no son socios del club y que no han tenido que sufrir la tan famosa "lista de espera".  

Este modelo de comportamiento pacífico es gestionado a través de la asistencia multitudinaria de personal de seguridad, cuya labor, entre las propias de seguridad, consiste en vulnerar la libertad de expresión del socio madridista, evitando cualquier pancarta, manifestación o alusión negativa hacia el presidente o la junta directiva.

6. El modelo empresarial del Real Madrid debería tener una mención aparte puesto que la sola intención de convertir al socio en "cliente" vulnera de forma flagrante cualquier derecho registrado en los estatutos del club. El socio es dueño del club, no un cliente al que venderle cosas que son suyas por derecho propio.

7. El modelo comercial del Real Madrid no funciona de forma correcta, bien porque, en ocasiones puntuales (consecución de un titulo) no existe la suficiente capacidad de oferta para la demanda de merchandising o bien porque los precios, año tras años, son cada vez más altos, lo que produce que muchos socios y aficionados acudan al mercado secundario, haciendo un flaco favor al club.

8. El modelo de marketing del Real Madrid discrimina al socio toda vez que las grandes e importantes decisiones sobre alianzas estratégicas con empresas, esponsorización del equipo y/o financiación de las obras del nuevo estadio, explotación de la marca y de la imagen de los jugadores y del club, así como los programas de franquicias y licencias están monopolizadas por la junta directiva y apenas se le informa, consulta o rinde cuentas de todo ello.



Un madridista


























sábado, 17 de octubre de 2015

EL HOMBRE POSMODERNO: CONSUMO, LUEGO EXISTO


La posmodernidad nace como respuesta a la modernidad, que proponía la consecución de metas de una manera lógica y racional a través de valores como la libertad, igualdad, justicia, fraternidad….

El hombre posmoderno valora el sentimiento por encima de la razón, la libertad por encima de la necesidad, la experiencia por encima de la creencia, el caos por encima de la coacción.

El posmoderno vive una vida dura que no acepta, un mundo injusto que no soporta, pero no alberga esperanza ni deseo algunos de cambiarlos, por lo que decide disfrutar del hoy (carpe diem) con una actitud despreocupada.

La posmodernidad es el tiempo del yodel "yoísmo", “de el yo, antes que el de todos”, y del intimismo. Tras la pérdida de la confianza en transformar la sociedad, concentra todas sus fuerzas en la realización personal.

Los grandes principios éticos y los valores morales de la modernidad no tienen ya un carácter universal: es la ética de “la situación”, “todo depende”.

El hombre posmoderno es un hombre superficial, liviano, “light”: ya no sostiene grandes valores en su vida, ni defiende grandes ideales, ni mantiene creencias propias, no se compromete con nada ni con nadie.

Es un hombre libre pero vive perdido, sin brújula, sin saber hacia dónde va.

El posmoderno se basa en el “amor líquido”: es el deseo de consumir, el anhelo de devorar, la ansiedad de usar y tirar.

CARACTERISTICAS
  • Materialismo: lo que importa es poseer, tener cosas, amigos...
  • Hedonismo: Pasarlo bien a costa de lo que sea o de quien sea.
  • Secularismo: Experiencia frente a moralidad, vivencia frente a creencia.
  • Relativismo: Todo es relativo. Nada es absoluto.
  • Consumismo: fórmula de la libertad y referencialidad.
  • Pensamiento débil: Indiferencia, neutralidad.
  • Vacío espiritual: Falta de convicciones firmes y de compromiso.
  • Escepticismo: no cree a "pies juntillas" en nada. 
  • Pasividad: Desinterés y descreimiento por y de lo ajeno.
  • Pragmatismo: lo que te vale a ti, puede valerme a mí, o no.
  • Fundamento estadístico: si muchos lo dicen, será bueno.
  • Amoralidad: falta de creencias, valores o grandes ideales.
  • Tecnodependencia: Viven y mueren por la tecnología.
  • Desamor: Lo difícil no es amar, sino encontrar a quien amar.
  • Carpe diem: vivir el momento, al día.
La posmodernidad y el consumo están estrechamente unidos. Se trata de un consumo existencial, no solo se consume para cubrir las necesidades básicas; es un consumo de placer y ocio.

El consumidor posmoderno es adictivo: no compra racionalmente (razón) sino compra por impulso (sentimiento), “por tener más”.

El consumidor posmoderno da muchísima importancia a la individualidad: consume bienes y servicios adaptados a su individualidad, a sus gustos y necesidades propias.

Su forma de consumir, ya sea eligiendo marcas/productos de preciso altos o bajos, de calidad alta o baja, afianza su identidad, refleja su personalidad y su forma de vivir.

Es un consumidor narcisista que necesita proyectar en la realidad, la imagen que ha soñado de sí mismo.

El cliente posmoderno manda y por ellos los productos deben ajustarse y personalizarse, es un “vivir a la carta”. Antes el consumo era en “unidades familiares”, ahora cada miembro consume lo que quiere, es un consumo diferenciado.

Al consumidor posmoderno no le basta con comprar, él mismo es un bien de consumo. Aquí es donde aparecen las redes sociales: Facebook, Twiter, Linkedin, etc. son portales de “autorretrato” donde se “vende” a sí mismo.

El consumidor posmoderno es hedonista, busca la diversión individual, la propia satisfacción: entretenimiento y placer. Consume lo que desea, lo que quiere y no lo que debe. El consumo está orientado al placer.

“Consumo, luego existo” es su ley fundamental. El tiempo libre no se vive, se consume. No se trata solo de vender servicios, hay que ofrecer vivencias inesperadas y extraordinarias, que generen emociones, provocaciones, afectos y sensaciones.

El consumidor posmoderno es indiferente a la durabilidad. La experiencia de la idea soñada se convierte en inmortal con independencia de su duración temporal. La instantaneidad de cada momento susurra un espacio infinito de deleite. Es el “consumo zapping”.

Para el consumidor posmoderno ni existe ni interesa el “largo plazo” sino que se trata de manipular lo transitorio, lo efímero en detrimento de lo permanente, de lo duradero. Consumir, aquí y ahora.

El consumidor posmoderno es “hiperconsumista”: más allá del largo plazo o de la fecha de caducidad está interesado en las actualizaciones continuas, en los cambios nuevos y mejores y si no lo consigue, la sensación que se genera es de carencia.

El tiempo del posmoderno no entiende de horarios: el día no se divide en 8 horas para trabajar, 8 para ocio y 8 para descansar, sino que todo se mezcla en un caos: se puede estar trabajando o estudiando, y a la vez, comprando y viceversa.

Antaño, el espacio sobre el que giraba todo en las ciudades eran los ayuntamientos, las catedrales o las plazas mayores; ahora son los centros comerciales o “templos del consumo”.

Antes, cuando se necesitaba comprar algo, se buscaba el momento, el día y la hora para ir, dependiendo de los horarios de las tiendas y también de nuestros quehaceres. Ahora, no es necesario ir a las tiendas, basta con acceder a su web (espacio) ni tampoco esperar a su apertura, podemos comprar en el momento que queramos (tiempo).

Los restaurantes de comida rápida (fast food) representan toda  una filosofía de vida. La prisa ha invadido nuestro estilo de vida y el tiempo nos parece un bien muy escaso.

La moda también representa esa filosofía de lo efímero: todo lo producido ha de ser consumido y las necesidades son artificiales debido a la tendencia al cambio permanente.

El modelo de vida de la sociedad multimedia posmoderna exige una juventud eterna y un cuerpo de diseño. Nada debe envejecer. Es el complejo “Peter Pan”.

La comunicación determina la vida del posmoderno tanto cuantitativa como cualitativamente, condiciona su conducta, que es una exteriorización de un mito, es decir, que lo superficial prima sobre el contenido mismo.

Hoy no se comunican las características del producto (objeto o persona), sino sus valores y sus símbolos. Es lo que se llama la “cultura del simulacro”: las cosas se adquieren o las relaciones se estrechan, no solo para usarse sino para exhibirlas como identificadores de ciertas identidades sociales.

Así, los productos o las personas se convierten en vehículos de comunicación posmoderna: la necesidad se ha convertido en deseabilidad social. El medio se impone al propio mensaje, la viralidad a la verdad.

Hoy, la comunicación es creadora de valores y pautas de conducta que modelan la vida en sociedad, llena el vacío dejado por la desaparición de las ideologías y su función es totalmente social: vivifica a las cosas y cosifica a las personas.

Hoy, cualquier posmoderno puede ser famoso, aunque sean 15 minutos. Es lo que observamos en los “realities”, la prensa amarilla o las redes sociales: El arte o la popularidad no es algo racional, medido ni exacto. Se trata de plasmar y percibir.

La sociedad posmoderna se ha transformado de tal forma que ha dado lugar a una composición social híbrida, donde todo está mezclado: cultura, clases sociales, opiniones, gustos, etc. El posmoderno es, también un ser ecléctico.


El hombre posmoderno va….pero ¿hacia dónde?



jueves, 15 de octubre de 2015

I. EL MODELO DEPORTIVO DEL REAL MADRID: GESTIÓN DEL TALENTO








Tradicionalmente, el negocio del fútbol se ha basado en la explotación del espectáculo deportivo pero en la actualidad, la generación de los ingresos procedentes de este concepto ha perdido importancia y valor iniciales, en detrimento de los ingresos por los derechos televisivos, de imagen, esponsorización y merchandising de los clubes.

Por ello, conceptos empresariales como estrategia y liderazgo tienen una importancia significativa en el mundo del fútbol y como consecuencia de ello, podemos afirmar que el modelo del Real Madrid se asienta fundamentalmente sobre tres grandes estrategias: deportiva, social y empresarial y sobre un único liderazgo real: la figura del presidente.

A lo largo de los siguientes artículos, argumentaremos la necesidad de configurar una simbiosis entre el tradicional modelo deportivo y social del club, por el que el Real Madrid ha sido reconocido como el mejor club del siglo XX, y el actual modelo, casi exclusivamente centrado en la gestión empresarial o de marketing.

También desarrollaremos la necesidad de limitar el liderazgo unipersonal en la figura del presidente, dada la propia estructura jurídica del club y sus estatutos.

Para comenzar, hoy hablaremos del modelo deportivo del Real Madrid, cuyos dos objetivos principales dependen de la gestión del talento de los jugadores y de la plantilla:
  • Gestión externa: contratación de futbolistas y entrenadores de notable impacto mediático ya sean nacionales o internacionales.
  • Gestión interna: potenciación de la cantera y cuerpo técnico del club. 
Si los analizamos en profundidad, comprobaremos que, actualmente, ambas gestiones presentan una dicotomía y un antagonismo que los hace difícilmente compatibles.

El talento de los jugadores, dado que es valioso, escaso y difícil de imitar, es el principal recurso para conseguir ventajas competitivas frente al resto de equipos y debe estar encaminado a la formación de un equipo cohesionado, motivado y dirigido por un buen líder que obtenga ventajas sobre los que no presentan estas capacidades. Esto se realiza a través de cuatro fases principales:

1. Atracción. 

Tradicionalmente, la gestión del talento en el Real Madrid estaba basada en la captación temprana de jugadores con un alto potencial y su desarrollo posterior, para formar parte del primer equipo a largo plazo, a través de la perfecta armonía entre la gestión interna y externa.

El desarrollo de los valores "madridistas" identificaba al club con un sentimiento y personalidad particulares: exigencia, humildad, caballerosidad, nobleza, espíritu de equipo, sacrificio, etc. lo que le confería un carácter altamente atractivo para cualquier jugador.

Actualmente, la desaparición los valores madridistas, la desmotivación de los jugadores de la cantera por la escandalosa falta de promoción y la paulatina pérdida de prestigio y reputación, hacen que pocos jugadores y/o entrenadores deseen realmente permanecer o llegar a pertenecer al primer equipo, a pesar de su historia.

2. Identificación, selección y captación.

Tradicionalmente, la identificación y captación del talento se efectuaba, por un lado, a través de la "fábrica", término con el que se conoce a la cantera del Real Madrid; y por otro, a través de ojeadores que identificaban y presentaban informes sobre jugadores de gran talento, tanto nacionales como internacionales, para su captación y consiguiente incorporación. Los jugadores eran considerados como personas.

Actualmente, la cantera está prácticamente olvidada por la dirección del club y apenas "suben" jugadores al primer equipo desde hace años; y si lo hacen, es para permanecer en el banquillo hasta que, indefectiblemente, toman la decisión de probar fortuna en otros equipos, ante la falta de oportunidades. 

Fundamentalmente, la fase de captación actual se realiza a través de la contratación directa por parte del presidente de futbolistas de gran impacto mediático para, así conseguir, además de calidad deportiva y ventaja competitiva sobre el resto de los equipos, una importante proyección y explotación publicitaria. Los jugadores son considerados como mercancía.

3. Desarrollo y progresión.

Tradicionalmente, el desarrollo de los jugadores del equipo se producía en la Ciudad Deportiva, donde se forjaba la personalidad de los jugadores; o también, al ser captados muy jóvenes de otros equipos, los jugadores alcanzaban su máxima madurez deportiva dentro del Real Madrid.

Actualmente y aunque el club dispone del mismo sistema de desarrollo de jugadores jóvenes en la "fábrica" de las categorías inferiores, dada la estrategia mediática en la búsqueda de grandes estrellas, son muy pocos los jugadores que logran llegar al primer equipo. 

Los jugadores alcanzan su máxima madurez deportiva fuera del Real Madrid.

4. Retención.

Tradicionalmente, la orientación al largo plazo, la formación en valores y la conciencia de equipo, propiciaban la creación de vínculos emocionales entre los jugadores y el club.

Estos vínculos emocionales producían un fuerte efecto de retención del talento puesto que la vida laboral de los jugadores era larga: se incorporaban muy jóvenes al equipo y todos acababan su carrera deportiva en el club y tenían un homenaje al final de sus carreras.

Actualmente, muchos tenemos la sensación de que los jugadores se han convertido en trabajadores (algunos los llaman despectivamente mercenarios) cuya lealtad no depende de unos valores sino de la continua revisión de sus contratos laborales, por lo que su vinculación con el club no está garantizada a largo plazo. Los jugadores ya no acaban su carrera deportiva en el club y casi ninguno tiene un homenaje al final de sus carreras. 

Hoy, el Real Madrid CF no se caracteriza por retener el talento. Sus plantillas (jugadores y técnicos) cambian de equipo temporada tras temporada, con lo que se destruye completamente cualquier ápice de apego emocional con la marca Real Madrid. No obstante, las altas remuneraciones de sus jugadores estrellas son, hoy por hoy, el único elemento de retención. La retención del talento se consigue exclusivamente a base de talonario.


Conclusiones



  1. El modelo deportivo del Real Madrid consigue una alta atracción del talento, mediante una fuerte imagen de marca y un alto nivel ingresos que le sitúan como el club deportivo más importante del mundo. 
  2. El modelo deportivo del Real Madrid realiza una captación tardía del talento, cuando éste es una realidad constatada y ya ha sido demostrado, teniendo una evidente orientación hacia el corto plazo y obteniéndolo a cambio de altas remuneraciones. 
  3. El modelo deportivo del Real Madrid plantea el desarrollo del talento no como una cuestión primordial, ni a largo plazo, ni educacional, ni deportivo o en valores cuyo eje central sea la cantera, sino que está enfocado en el aspecto individual más que en el colectivo.
  4. El modelo deportivo del Real Madrid, más allá de la alta remuneración y de la consecución de títulos, no establece ningún tipo de lazos emocionales con sus jugadores, ni establece equipos cohesionados, ni diferenciados por un estilo de juego específico, ni por valores diferenciales, y como consecuencia de todo ello, no es capaz de conseguir una alta fuerza de retención del talento.
  5. El modelo deportivo del Real Madrid es poco menos que eficiente, pues de los 36 títulos disputados con la actual junta directiva, sólo se han ganado siete, lo que supone apenas un 19,5%. Las estadisticas indican que "Forbes no nos lleva a la Cibeles"


Un madridista




martes, 13 de octubre de 2015

EL OBSESIVO EMPEÑO DE REESCRIBIR EL PASADO







 

Creo sinceramente que nuestro país padece un mal endémico: la absurda división de las "dos Españas". Esto se fragua, fundamentalmente, gracias a la exacerbada obsesión de un "bando" por escrutar el pasado con la intención de intentar reescribirlo, haciendo que el "otro bando" se avergüence de no se sabe qué.

Mi reflexión de hoy incide en algunas consideraciones sobre cuáles son las razones que impulsan a personas resentidas e intolerantes a culpar de forma continua y reiterada a los "otros” por un pasado del que no son, en absoluto, responsables.

Primera, el instinto natural de "algunos" de culpar siempre a los que difieren de su único “pensamiento válido” no puede ni debe hacer cargar a los hijos con los pecados de los padres, como tampoco se puede culpar a un país entero de los errores o barbaridades que cometieron sus abuelos hace 70 años o sus tatara-tatarabuelos hace 500 años. 

Es como si culpáramos a los italianos por los actos del Imperio Romano o a los alemanes por los del Tercer Reich. 

Segunda, la fatigosa y cansina praxis de hurgar en el pasado como adalides de una justicia histórico-arqueológica, así como el inviable propósito de reescribir la biografía española, no puede ni debe obstruir el planteamiento de una inmediata búsqueda de soluciones a los problemas, tanto presentes como futuros, y anclarse en aquellos a los que no hay retorno. 

Es como si se pretendiese argumentar que en una guerra hubiera, por un lado, soldados y por otro, asesinos, o que sólo existieran bajas en un solo bando.

Tercera, el anacrónico intento de perpetuarse en los hechos acaecidos en el pasado junto a la apropiación indebida de una pretendida tolerancia universal y el resentimiento por la búsqueda incesante de culpables, no pueden ni debe orientar al establecimiento de una sociedad excluyente, de pensamiento único, de ortodoxia progresista, anti-tradicional y anti-patriota, cristiano-fóbica, hetero-fóbica y con una limitación de la libertad de expresión según para qué o para quién.

Es como velar por evitar el maltrato y la muerte de los animales por humanidad, y por otro lado, promover y apoyar el aborto y la eutanasia por animalidad.

Cuarta, la hilarante preocupación de "algunos" por la clasificación y el etiquetado de los ciudadanos, la estigmatización ideológica y el enfrentamiento social no puede ni debe seguir dividiendo a España en dos mitades: una buena, a la que todo se la perdona y otra mala, a la que por todo se la condena.

Es como preguntarle a un hijo a quién quiere más, si a papá o a mamá, como si fuera mensurable o si tuviese que elegir.

Quinta, el mensaje demagogo, oportunista y populista, la lucha sectaria ante posiciones o convicciones diferentes y la re-activación del odio ideológico no puede ni debe confundirnos a la hora de aprender unos de otros para sumar, ni desviarnos de la idea común de construir una España moderna y justa. 

Es como empecinarse hasta la crispación en negar que una persona de Lepe pueda ser inteligente porque así lo demuestran los tópicos y lo confirman los chistes.

Sexta, la dialéctica destructiva, la falta de respeto moral al rival y autorreferencialidad no pueden ni deben confundir tolerancia con permisividad, libertad con condescendencia, pluralismo con anarquía.

Es como tratar de imponer respeto a la fuerza (apología) por una condición sexual distinta a la heterosexual y a la vez, intentar doblegar a la fuerza (tiranía) una creencia religiosa ante una posición laicista. 

Séptima, la sustracción sistemática de la verdad ideológica absoluta, la apropiación intransferible de la cultura como bien exclusivo y la atribución posesiva de las políticas sociales no pueden ni deben caer en el error nuestra identidad plural, nuestra tradición singular y nuestra cultura común.

Es como apoderarse del agua de un río que transcurre y desemboca en una determinada comunidad autónoma, obviando el hecho de nace y discurre también por otras comunidades autónomas distintas.

¿Por qué algunos se empeñan en reescribir el pasado?